Rock, cacerolas y trueque chino en la ONU, hace 45 años

José Antonio Aspiros Villagómez

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Febrero 10, 2016 17:48 hrs.

José Antonio Aspiros Villagómez › diarioalmomento.com

Biografías Nacional › México Ciudad de México


Para Fernando Mota Martínez, amigo periodista, en su XV aniversario luctuoso (20-II-2001)

El siguiente texto, de la autoría de este tecleador, fue publicado como parte de un libro cuya ficha se ofrece al final. Son los sucesos de 1971, ahora hace ya nueve lustros:

La imagen de una joven drogada que, de la cintura hacia arriba vestía solamente un sombrero -después se despojó del resto-, dio la vuelta al mundo como supuesta muestra de lo que fue el Festival de Rock y Ruedas en Avándaro, Estado de México, los días 11 y 12 de septiembre de 1971.

A tres años del Movimiento Estudiantil, a dos de haber sido aprobada la ciudadanía desde los 18 años, a uno de que por primera vez sufragaron a partir de esa edad, y a tres meses exactos del 'Jueves de Corpus', cuando los 'halcones' disolvieron una marcha no autorizada, los jóvenes mexicanos tuvieron su propio Woodstock. Una carrera de coches que estaba programada, se canceló a último minuto.

AVÁNDARO EN EL OJO DEL HURACÁN

Con plena libertad pese a la intensa y discreta vigilancia militar y policial, cien mil o más muchachos y muchachas de todas las clases sociales se entregaron a sus pasiones: música, droga, sexo, al ritmo de Three Souls in my Mind, los Dugs Dugs, Peace and Love y muchos grupos rockeros más.

El concierto presentó diversas vetas de análisis: en lo musical, por la presencia de los conjuntos más famosos de México; en lo social, porque fue cuando las clases populares hicieron suyo el rock, hasta entonces divisa de los niveles medios y altos de las ciudades, y en lo moral, porque fue el aspecto más destacado por los medios informativos y los comentaristas.

En efecto, las derechas vieron en peligro los valores tradicionales; las izquierdas temieron una penetración imperialista; en prensa, radio y televisión se comentaron negativamente los excesos de la generación de Avándaro.

EL SUEÑO DE LOS 'NACOS'

La reacción fue casi unánime y hasta en el semanario sensacionalista 'Alarma' llamó a aquella concentración sui géneris "asquerosa orgía hippie" y otros epítetos. El columnista Alberto Domingo se refirió a una "trampa demagógica y artera" y el escritor Ricardo Garibay culpó a los adultos de haber empujado a los jóvenes a actos como aquella reunión para que fueran tomados en cuenta.

En fin, Mauricio González de la Garza señaló como "criminal" querer "demostrar que los jóvenes no tienen nunca la razón", y la revista 'Piedra Rodante', prácticamente marginal, se hizo cargo de responder a los ataques contra aquel Festival.

A la distancia de dos décadas de que aquella generación quiso romper con los moldes y convencionalismos de una realidad autoritaria y aburrida para ellos, el escritor Carlos Monsiváis publicó en 'La Jornada' un ensayo sobre cómo y por qué se disolvió la primera generación de la contracultura mexicana, qué factores liquidaron para los 'nacos' "el sueño de la nación de Avándaro" aunque éstos habían relevado a los clasemedieros -que tomaron otro camino- y cómo, finalmente, los onderos retornaron "a la vida ordenada".

LAS CACEROLAS DE COBRE

Seis meses antes de los sucesos de Avándaro, el 16 de marzo fueron detenidos 16 mexicanos que habían recibido entrenamiento guerrillero en Corea del Norte, y la Cancillería expulsó a cinco diplomáticos soviéticos. A finales de aquel 1971, fue secuestrado -y devuelto dos semanas después- el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Jaime Castrejón Diez.

Fue también el año en que los gobiernos de Chile -Salvador Allende- y México -Luis Echeverría- coincidieron en la decisión de nacionalizar sus respectivas industrias del cobre, en agosto el primero y en septiembre el segundo.

Los chilenos, además, por una parte vieron con satisfacción al poeta Pablo Neruda ganar el Premio Nobel de Literatura y, por otra, grupos manipulados se lanzaron a las calles en la marcha de las cacerolas vacías -diciembre 8- para protestar por la presencia del primer ministro cubano Fidel Castro Ruz en Santiago.

RECOMPOSICIÓN DE FUERZAS

El 25 de octubre de 1971, China comunista fue admitida y China nacionalista (Formosa) expulsada, de la Organización de las Naciones Unidas. Estados Unidos, representado entonces en el organismo mundial por George Bush, sufrió su peor revés diplomático desde la creación de la ONU, al fracasar en su esfuerzo por que el régimen de Chiang Kai-Chek conservara su asiento.

Con el ingreso de Pekín en la institución por 76 votos a favor, 35 en contra y 17 abstenciones, daría inicio una recomposición de fuerzas que, de entrada, reconocía el peso político de una nación de 760 millones de habitantes (832 millones según la FAO), decidida a abrirse a todo el orbe, al menos diplomáticamente.

SIN SÍNTOMAS DE VIDA

Personalidades tan disímbolas como el ex primer ministro soviético Nikita Kruschev, el trompetista estadunidense Louis Armstrong, el cantante de rock Jim Morrison, el compositor clásico Igor Stravinsky y el corredor mexicano de autos Pedro Rodríguez, figuraron en el obituario del año.

Lo fueron también Georgy Dobrovolski, Vladislav Volkov y Viktor Patsayev, quienes pasaron a la historia como los tres astronautas soviéticos que, tras un vuelo de 25 días en la nave Soyuz 11, a su regreso a la Tierra fueron encontrados "sin síntomas de vida". (Continuará).

(Capítulo: ‘1971: un paréntesis para la utopía’, tomado del libro predominantemente fotográfico ‘25 años en la información’, investigación hemerográfica y redacción de José Antonio Aspiros Villagómez. Editores: Notimex y Grupo Desea, SA de CV, primera y única edición, 1994, México, DF. Con copyright de autor y editores)

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