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Noviembre 18, 2018 20:35 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›


La reelección pareciera convertirse en una especie de artículo estatutario para algunos panistas.

El primero fue ese extraño vaquero llamado Fox, cuya esposa Marta Fox nunca ocultó la intención de convertirse en la Primera presidenta de México.

Luego fue Felipe Calderón quien impulsó a su esposa a convertirse en candidata independiente a la Presidencia de la República, personaje que él movería detrás del trono en caso de llegar. La aceptación hacia la ex primera dama fue tan poca que debió hacer trampa en la reelección de firmas para convertirse en candidata. Luego, renunciaría a su candidatura por falta de simpatizantes.

Pareciera que los hombres con poder panistas tan inclinados a los dogmas de fe buscan su reencarnación a través de sus parejas. Esto no hace a la pareja de nadie incapaz de realizar una tarea por sí misma, pero en este caso la continuidad estaba muy clara. Se trata de una especie de resurrección político-partidista.

Posteriormente, quien fuera gobernador de puebla Rafael Moreno Valle, fortaleció con recursos económicos y humanos la candidatura de su esposa, otra Martha, ésta con ’th’, Martha Ericka Alonso, para que se convirtiera en gobernadora de esa misma entidad. Ya había colocado como su sucesor inmediato a su amigo Antonio Gali Fayad, por un periodo de dos años de gobierno. Pero el sexenio completo se le reservó a su esposa, con muchas dudas sobre la transparencia en el conteo de votos.

Así, la reelección es una especie de sacramento para los panistas, pero los priístas –cuyas bases estatutarias se rigen por el principio de la no reelección y el sufragio efectivo-- no se quedan atrás, al mismo tiempo de que algunos de sus legisladores y funcionarios anunciaran con aparente preocupación la posible reelección de Andrés Manuel López Obrador, ellos mismos anuncian con bombo y platillos reelecciones continuas en lo que queda de su estructura.

La historia de reelecciones de Fidel Velázquez al frente de la CTM, tuvo una larga duración de 1941 a 1997, fue senador en tres periodos 1946-1952, 1958-1964 y 1970-1976. Pero no fue el único ni el último en disfrutar las mieles de la reelección.

El senador Carlos Aceves del Olmo fue reelecto como secretario general de la CTM, por los próximos seis años, es decir hasta 2024.

Víctor Flores, se reeligió en días pasados como líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana por el periodo 2018-2024. Con 23 años como líder del gremio, Flores fue el único registrado para el cargo con su planilla Democracia Sindical.

Otro caso es el de Joel Ayala Almeida, quien es líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado desde 1998 y se ha reelegido para 2019, por lo que acumulará 21 años en el cargo. El Senador priista de 71 años, asegura que representa a 89 sindicatos. Desde 2000 fue denunciado ante la PGR por fraude hipotecario a trabajadores, entre otras denuncias.

Fernando Espino Arévalo, perteneciente a varios partidos, inició en el PRI y actualmente es uno de los maduros del Verde, es un sujeto que desde hace 40 años encabeza el Sindicato ’Nacional’ de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo-Metro.

Es decir, PAN y PRI ven en la reelección un peligro antidemocrático siempre y cuando no se trate de su propia gente, porque este proceso pareciera ser propiedad de esos dos partidos, de otra manera es delito, traición a la patria y pecado.

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Reelección o reencarnación

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