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Febrero 02, 2015 16:30 hrs.

José Vilchis Guerrero/almomento.mx › todotexcoco.com

Gobierno ›


Los fracasos en materia económica –como la caída drástica del peso frente al dólar, el más bajo precio del barril de la mezcla mexicana y nulo crecimiento del mercado interno junto con el creciente desempleo, entre otros factores- así como la más severa crisis política generada a partir del caso Ayotzinapa, hicieron prever las inevitables renuncias de los secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, y de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

De este último poco se puede decir, pues negó rotundamente haber renunciado en diciembre, ya que “no le renuncias al presidente, él te pide la renuncia”; el sepulturero de Osorio Chong sería el procurador Jesús Murillo Karam, quien también mantiene su calidad de candidato inevitable a la renuncia debido a que no logró cerrar el caso Ayotzinapa con éxito, pues le faltan pruebas científicas irrefutables de sus aseveraciones de que los 43 normalistas están muertos y fueron incinerados sus cuerpos y desaparecidos en un basurero. Sólo cuenta con dudosos testimonios. Pruebas irrefutables y científicas exigen los padres y madres de los normalistas y la opinión pública nacional e internacional.

Como salida de salvación, el primero anunció la suspensión indefinida del tren rápido México-Querétaro, así como el proyecto del tren de pasajeros Transpeninsular a Quintana Roo como parte de las medidas de austeridad del gobierno, a consecuencia de su errática administración. Que haya anunciado con bombo y platillo que nuestro país ya está en condiciones de importar petróleo, no sólo generó indignación, sino incredulidad: de país exportador de petróleo a importar petróleo ligero, no tiene nombre.

En conferencia de prensa le dio la vuelta a su mediocre actuación al frente de las finanzas públicas y tuvo que dar una explicación que no deja de provocar desconfianza en la institución a su cargo: la cancelación y suspensión de estos proyectos se debe, dijo, “no solamente por el impacto en las finanzas públicas del 2015, sino por la presión en el gasto público que implicarían en los próximos años”. El secretario de Hacienda anunció un ajuste de 124 mil 300 millones de pesos para el gasto público de 2015.

Dijo que la reducción al gasto en las dependencias del gobierno federal asciende a 52 mil millones de dólares, de los cuales el 65 por ciento corresponden a gasto corriente y 35 por ciento a gasto de inversión. La cancelación del tren Transpeninsular y la suspensión indefinida del tren rápido México –Querétaro forman parte del ajuste al gasto en inversión. Este ajuste al gasto en inversión no afectará al Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), y aseguró que el proyecto continuará conforme a los calendarios y procedimientos ya anunciados.

Si tan sólo se evitara el despilfarro federal y estatal por los elevados ingresos de diputados, senadores, magistrados y jueces federales del Poder Judicial y los de materia electoral; se disminuyera la corrupción administrativa en Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y el resto del sector energético; si se disminuyera la opacidad del gasto de los gobernadores y las elevadas comisiones que perciben todos los funcionarios y contratistas involucrados en obras públicas como la Línea 12 del metro, las gigantescas obras viales y en autopistas federales, la economía tendría puntos a su favor, indudablemente.

Pero todos los mexicanos sabemos que lo mencionado, en todas sus letras, es una utopía; misión imposible para los gobernantes de uno y otro partido. Todos están cortados por la misma tijera.

Apenas es creíble la oferta de Videgaray: no habrá afectación a la construcción de caminos rurales y carreteras alimentadoras, y se trabajará en más participación del sector privado en el financiamiento de infraestructura, para ejercer menos presión en las finanzas públicas.

Menos se puede creer que se implementarán medidas de austeridad y disciplina presupuestaria, entre éstas la reducción de 10 por ciento en la partida de sueldos y salarios para mandos medios y superiores y disminución de 10% del gasto en plazas eventuales y por honorarios. Los programas Prospera y de Empleo Temporal, el subsidio a la vivienda, así como los recursos de universidades públicas federales y estatales, no se verán afectados, aseguró Videgaray.

El jefe de las finanzas públicas sí golpeará a un sector desprotegido: se ajustará la pensión para adultos mayores y el programa de Desarrollo de Zonas Prioritarias, además de que se disminuirá la meta de Transición Digital Terrestre de 13 millones a 10 millones de televisores. Videgaray destacó que dos terceras partes del ajuste al gasto público corresponden al gasto corriente, y será en las áreas de servicios personales, gasto de operación, así como programas de subsidios. Como si nos estuviéramos chupando el dedo.

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Si sólo disminuyera la opacidad, la corrupción…

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