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Octubre 25, 2016 21:41 hrs.

Manuel Ángel VENEGAS GÓMEZ › diarioalmomento.com

Seguridad ›


El robo a transeúntes y en microbuses va a la baja, dijo orondo Hiram Almeyda, en días pasados. Estamos realizando operativos que han dado resultado. Micros, unidades que están diseñadas para que los asaltos pasen inadvertidos y el día de ayer, a las 17:30, dos sujetos, abordaron la unidad en Pino y Calle 5, Col. Liberación, Azcapotzal-co, ordenando al chofer "fuera a vuelta de de rueda... y ustedes no se hagan pendejos, saquen los celulares’; el que daba las órdenes un hombre, de unos 30 años, em-puñando una pistola y el segundo un cuchillo de cocina, de unos 30 centímetros y recogía celulares, carteras y todo lo de valor… De pronto se oyó un estampido, fue que una joven que iba atrás que se resistía a entregar su teléfono. Dio resultado el amago.
Estaba circulando por Pino y la Calle 5, cuando se subieron los dos sujetos ordenando al chofer. (Éste parece coludido):
--Vete a vuelta de rueda… despacio -or-denó el empistolado.
--Ustedes, no se hagan pendejos, saquen los celulares. Traté de ver, qué pasaba atrás y el del cuchillo me lo impidió al ponerlo a la altura del pecho. --Saque su celular… -No traigo -le contesté, entonces lo que traiga… cuatro monedas de $10, y se conformó. En eso oyó un estruendo, había jalado del gatillo el del arma quedando un agujero en el toldo del microbús, placas 062191, de la ruta Sullivan-Soriana-Azcapotzalco.
Adelante, una señora de edad también se negó a entregar el aparato y el del cebollero le dio un empujón y le quitó el celular.
A un lado, viajaba una monja, que dijo llamarse Merari Enriqueta Tepango, a la que le arrebataron su bolsa con dos celulares, sus tarjetas de débito y como tres mil pe-sos, en efectivo, que era lo recolectado en el congreso que se desarrolló en Chiapas.
--Nunca me había pasado nada, díjole al oficial que tomó conocimiento del asalto, Enrique Martínez. Al que un pasajero le reclamó que estaban nada más para proteger a los rateros, que ahora le había quitado su cartera, con sus y tarjetas y demás identificaciones, hace tres días y por eso no traigo teléfono…
Se acerca otro policía y dirigiéndose a mí dijo -"Jefe, le juro, que acabo de hacer mi rondín por Pino, y todo estaba normal’. -Tan estaba normal que nos acaban de asaltar, a dos cuadras de aquí -le repliqué. Para eso al micro lo paramos las víctimas en las vías de Pino y Antonio Valeriano.
--Mire, jefe, ya fue identificado uno de los que los asaltaron… Afirmó el comandante.
--A ese cabrón lo detuvimos con una pistola hechiza; lo pusimos a disposición del MP hace dos semanas, y que cree, lo soltaron… Qué podemos hacer. Nosotros hacemos nuestra chamba pero en la delegación los sueltan. Se quejó el comandante Javier Cantellano Pérez, jefe de ese cuadrante.
Una uniformada se dirigió a la joven a la cual le habían colocado la pistola en la cara para despojarla de su teléfono…
--Ahí disparó hacia arriba… Y tuve que dárselo… -Decía llorando y pensando en lo que pudo haber pasado, ya que el disparo fue hecho a centímetros de su rostro.
En tanto el chofer plácidamente esperaba que nos fuéramos uno a uno los asaltados, estaba acompañado de un jovenazo que me miró como si fuera el único acusador. Portaba un gran tatuaje desde el hombro hasta la mitad del antebrazo. Parecía gran amigo del conductor del micro.

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Terror en un microbús

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