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Enero 02, 2014 10:12 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Política ›


Cuando comienza el año debemos tomar en cuenta que todos quieren hablar pero pocos saben escuchar. Que a veces, el silencio es la cosa más importante que podemos oír. Las personas son como vidrieras. Brillan y brillan cuando hace sol fuera. En la oscuridad, su verdadera belleza se revela solo si hay luz interior. A veces la soledad es el precio de la libertad. Arriesgarse es perder un poco; no arriesgarse es perderlo todo. Deja un abrazo para los malos momentos, porque en los buenos te sobrarán amigos. Adopta el secreto de la naturaleza: la paciencia. El trabajo más difícil y el más importante es el que hago en mi mismo. Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros.
La vida nos enseña que cada momento feliz hay que disfrutarlo como si fuera el último. La sonrisa más bella llega después de la lágrima más dolorosa. Lo que se busca se encuentra, lo que se descuida se pierde. Basta una sola mentira para poner en duda todas las verdades. El agua hace que flote el barco pero también puede hundirlo. No hay disfraz que el tiempo pueda ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no. Antes de juzgar vidas ponte en sus zapatos. Si dices que las cosas irán mal, tienes muchas posibilidades de convertirte en profeta. Aprender es un regalo aunque a veces el maestro sea el dolor. Existen dos causas que producen todas las confusiones: No decir lo que pensamos y no hacer lo que decimos.
No importa lo lejos que llegues, nunca olvides de donde vienes. Éxito no es siempre lo que ves. Cuantos más peros pongas más difícil será alcanzar tus metas. No mires hacia atrás porque no hay mañana detrás de ti. La hipocresía es la máscara de los mediocres. Debemos aprender a: No ir a donde no nos inviten. No meternos en lo que no nos importa. No hablar de lo que no sabemos. Nunca tomar decisiones permanentes sobre emociones temporales. No tener tiempo para odiar a la gente que nos odia, sobre todo si estamos demasiado ocupados en amar a la gente que nos ama. Lo que se hace en la vida tiene eco en la eternidad. La felicidad a veces es una bendición, pero por lo general es una conquista, como decimos en “Mis Bendiciones”, el más reciente libro de editorial Club Primera Plana.
carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

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