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Julio 11, 2017 14:26 hrs.

Mario Andrés Campa Landeros › diarioalmomento.com

Biografías ›


Guardo el recorte del periódico como un pequeño tesoro. Lo acabo de encontrar de ’chiripada’, cuando trataba de poner en orden los papeles del escritorio. Es una información muy interesante, recabada por la agencia de noticias EFE, y publicada el 14 de noviembre en el periódico El Universal, página 2, Sección Cultura. ¿El año? no lo anoté – no sé por qué- grave descuido. Llama la atención el encabezado: ’Un hombre culto puede decir palabrotas’. Y no por ello deja de ser culta.
Una persona culta tiene varios niveles de lenguaje, según la ocasión y el interlocutor, explica la académica peruana Martha Hildebrant. Un solo hablante culto tiene varios niveles de lenguaje correcto. El hablante inculto, no. El hablante no instruido, puede expresarse de una única manera, es es casi siempre incorrecta.
Las palabras soeces forman parte del vocabulario de las personas cultas.
’Solamente el complejo del inculto puede intentar hacer quedar mal a quien las dice’, asegura la única mujer miembro de la Academia Peruana de la Lengua y ex directora del Instituto Nacional de Cultura y ex alta funcionaria de la UNESCO, ’conocida por no tener pelos en la lengua, y quien acaba de publicar la segunda edición de su libro ’Peruanismos’.
Sólo las personas que no están seguras de su cultura creen que por decir una palabrota pasan a ser vulgares, según Hildebrant. La vulgaridad está en otra cosa, en la manera de ser, de portarse, de pensar. Hay seres vulgares que se cuidan de decir una palabra soez, añade.
En otros aspectos del idioma. Señala la especialista que las telenovelas venezolanas y argentinas de exportación han supuesto un apoyo y un empuje para la difusión del español y su Emparejamiento, cosa que no ha sucedido con el esfuerzo de todas las academias de la lengua juntas’. Dicho esto, señala, que las telenovelas de Venezuela ’son del peor gusto y marcan el cero en cuanto a calidad estética’.
Por las telenovelas en Perú se ha impuesto el vocablo ’chamba’ por trabajo, o centro americanismos como ’chévere’ por estupendo, por medio –en ambos casos- de la televisión mexicana.
Nadie pensó nunca –dice la lingüista que la televisión iba a tener una función unificadora del castellano en Hispanoamérica y aún llegar a la Península.
Al referirse a la situación de la mujer peruana, sostiene que no es feminista, afirma que cuando se trate de una posición cualquiera, sea a nivel nacional o internacional, no se tenga en cuenta su sexo. No como ahora , que para ocupar el puesto de un hombre mediocre sólo pueda hacerlo una mujer brillante. Esa es la manera como la mujer ha ido avanzando; logrando como una mujer brillante ocupar apenas el lugar de un hombre mediocre.
Lo que debe ser, añade Martha, es que las mujeres mediocres ocupen el lugar de los hombres mediocres y las mujeres brillantes el de hombres brillantes. ’Una mujer tiene que ser realmente brillante para que la sociedad la reconozca lo que reconoce a cualquier hombre mediocre’. Finalizó.


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Un hombre culto puede decir palabrotas

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