1

2,332 vistas

Diciembre 11, 2018 19:47 hrs.

Sócrates A. Campos Lemus › diarioalmomento.com

Política ›


México es un pueblo MARIANO, amamos a las vírgenes: la de Guadalupe, la de Juquila, La de Lagos, la Soledad, en fin, se tejen historias donde la gente va y muestra su devoción y, en la Virgen de Guadalupe, acuden a su santuario más de seis millones de fieles este día, no le van a cantar y adorar, le van a pedir: que el hijo se porte bien o salgan de la enfermedad que les aqueja, que el viejo no pierda su chamba , que la niña no ande en malos pasos, que los compadres tengan a bien proteger a los que menos tienen, que las vacas no se enfermen, que la cosecha se logre, que el hijo descarriado que anda en los Estados Unidos llegue a ver a su familia y se la lleve, que se pueda sacar la lotería, que la enfermedad pare, que la tristeza se aleje, que la alegría ilumine las casas, que la seguridad sea una realidad, que los rateros no los agredan, que los políticos no los engañen, que los bancos no sean tracaleros, que la comida no suba ni aumente la renta, en fin, peticiones van y vienen pero nadie o muy pocos van a adorar a nuestra señora de
Guadalupe y tienen razón, en ella y su santuario y en su día se monta la fe y la esperanza y así, en esa esperanza, se ve reflejada la tragedia de este México que tanto queremos y que a pesar de su riqueza ha sido saqueado y las gentes han sido engañadas y robadas, por ello, hay esperanza, pero en esa esperanza y confianza en los cambios y en AMLO, seguramente, sabemos o saben que hay conflictos e intereses, que los de arriba no quieren ceder algo de lo mucho que se roban o gozan indebidamente porque lo adquirieron por medio de concesiones o complicidades y corruptelas y no por buenos caminos.

Hoy, se enfrenta el país con un conflicto donde los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal buscan que no se les toque sus salarios, que no se diga que muchas cosas andan mal en cuestiones de leyes y justicia, sabemos los que conocemos la realidad que hay miles de inocentes en las cárceles y a lo mejor no es culpa de ellos que se encuentren en tales condiciones, pero es la realidad, y ellos, desde sus tribunales ni se asoman, aceptan, es verdad, las consignas que les dictan los poderosos o los presidentes, sin chistar siempre y cuando no les afecten en sus salarios o pongan en riesgo sus intereses y, así, vimos en 1968 cómo los jueces aceptaron las consignas del presidente para inculparnos y acusarnos y mantenernos en las prisiones o en los juicios, a pesar de que los jóvenes éramos las víctimas de la traición y la masacre ordenada por el presidente a sus esbirros y, así nos tuvieron en la cárcel de Lecumberri y, en muchos casos nos condenaron y, cuando de igual forma les dieron la consigna de ponernos en libertad a condición de que algunos saliéramos al exilio político fuera del país también hicieron las trácalas necesarias para que sin más nos dieran esa libertad con el exilio y cuando les ordenaron dejar los procesos para que se nos diera el beneficio de la ley de amnistía, también lo hicieron, y nadie les pidió cuentas sobre el tema de la injusticia que habían cometido o de la cual eran cómplices, así vimos cómo al tiempo
el juez Ferrer Macgregor, uno de los jueces que aceptaron las consignas del presidente, fue encontrado culpable de extorsión y corrupción con las manos en el cajón de su juzgado, así que, cuando menos, no nos cuentan. Claro que hay jueces y magistrados y ministros que son serios y honestos, no todos llegan a la perversión y al descaro y el cinismo y la corrupción pero no son los más, son los menos, y por ello, la gente se vuelca y apoya incondicionalmente a AMLO en esta lucha por controlarles los sueldos y los privilegios al grado de que tememos que las pasiones se desborden, porque hay miles y miles de afectados y molestos por la falta de justicia y aplicación real de las leyes.

Seguramente, entendemos, que tienen mucho trabajo, que hay muchas demandas y delitos y juicios en proceso, pero al final de cuentas por esa cantidad de trámites y de papeleo y donde los abogados engañan también a sus clientes y piden dinero con el cuento de que el juez o el actuario o el secretario quieren lanita para acelerar el proceso y volcarlo a su favor, miles y miles de gentes inocentes caen en este juego perverso y, entonces, a lo mejor el juez ni se entera de esa bajeza del abogado y todos piensan que la corrupción es tan grande que la justicia solamente se alcanza cuando se tiene dinero y el caso es que estamos envueltos en una maraña de complicidades y de entuertos de que la que pocos tienen la solución. Porque no creo que con bajarles el sueldo serán más honestos y eficientes los miembros del poder judicial, a lo mejor el tiro sale por la culata y, el otro poder de los tres que tenemos en México, no resuelve ni con justicia ni con prontitud sus casos y se complican mucho más las cosas, tampoco creo que sea con el cambio fácil de hacer de los miembros de este poder, como en los tiempos de Ernesto Zedillo, eliminó a los miembros del poder judicial y nos quedamos varios días sin este poder, hasta que nuevamente lo impuso a su favor y a sus intereses y, nada cambio, en fin, esto es una cuestión de honor y de convicción, si un juez no los tiene, pues no hay nada que hacer así gane mucho o gane menos, él caso es que, como siempre, los jodidos la pagan… y la injusticia prevalece…

VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

Virgencita necesitamos el milagrito

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.