1

22,666 vistas

Agosto 25, 2018 21:02 hrs.

Armando Fuentes Aguirre › guerrerohabla.com

Periodismo ›


Todos los días veo por lo menos uno.

El último se me presentó ayer en el portal de la vieja casona del Potrero de Ábrego.

Estaba yo leyendo en mi equipal. La mañana era clara. El sol brillaba sobre el picacho de Las Ánimas. Un vientecillo fresco bajaba del alto monte llamado el Coahuilón. Se oían a lo lejos las voces de los niños de la escuela que recitaban las tablas de multiplicar, y se escuchaba la canción del agua en la cercana acequia.

Y he aquí que de pronto llegó un colibrí y se puso a volar frente a mí, a no más de medio metro de mi cara. Me pareció que me examinaba con curiosidad, como a criatura extraña. Pude ver el brillo de sus ojitos diminutos y el iris de sus plumas verde azules. Después de contemplarme por un minuto que me pareció una hora el pajarillo se dio por satisfecho y continuó su vuelo por el mundo.

Me quedé extático. Si me hubiera visitado el Papa no habría sentido esa emoción. Los milagros existen, eso es cierto, pero no todos los días llegan a tu casa.

¡Hasta mañana!...

VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

Yo creo en los milagros.

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.