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Noviembre 16, 2021 17:36 hrs.
Roberto López Moreno › tabloiderevista.com
Cultura ›
Estaba ahí.
Piramidal, funesta, de la tierra
la sombra del carbón precipitada
de su vaso de sal, urna vertida,
de su levigación, vuelta en entero.
Hija del ser solar, desgajamiento
del rastro que dejara el meteoro,
eco del barro, lastimada estría,
dibujo a oscuro en verbos y volumen.
En su órbita hostil gira el diamante,
la aguja de su ojo iridiscente.
En su blanda preñez, seno del caos
y del orden que en éste se conforma
ha empezado a gestarse el nuevo ojo.
Hostil y blando, designio giratorio,
rotación de cristalizaciones,
translación de gleba calcinada
potencia su telúrico registro
hacia la concreción de los destinos.
La sombra ya vivac, horno horizonte,
asume los contornos de la esfera,
gira, gira sobre su propio eje,
fricción con la que asume el estallido.
Ahora alza la luz de la otra sombra,
ahora el otro sueño y su trabajo,
la imagen del primer discernimiento,
salto de cualidad sobre el planeta.
Ya fenece este sueño antes del 1,
que es modo de nacer, se está naciendo.
R.L.M.
De ’El libro VI. La construcción de la rosa’
Edit. Instituto Politécnico Nacional.
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