Ana Lilia Herrera, al Senado.

Ana Lilia Herrera, al Senado.

La efervescencia política en el Estado de México está en su apogeo, los golpes bajos y las traiciones gradualmente se acentúan en aras de un cargo público.

El PRI, PAN y PRD están debilitados, quienes se benefician política y económicamente de esas membresías saben que no hay mucha tela de donde cortar, ven las senadurías como la ansiada opción para continuar en el poder.

En las últimas semanas diversos personajes del Frente Amplio por México han manifestado abiertamente su deseo de ser senador o senadora; sin embargo, no hay espacio para todos, por lo que cada uno echa mano de sus amigos, teje sus redes de poder y estrechan lazos con quienes van a decidir.

Ana Lilia Herrera Anzaldo, actual diputada federal por el PRI es una de las mejor posicionadas, con mayores posibilidades, no sólo por su amplia trayectoria, sino porque además es cercana al líder nacional del Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno, nada más y nada menos que el dueño de ese partido y quien cedió al PAN la candidatura a la Presidencia de México, por lo toca el turno de seleccionar.

En las pasadas elecciones para gobernador en el Estado de México, ’Alito’ impulsó la candidatura de Ana Lilia, dejó claro que sus afectos están con la actual diputada federal, originaria de Metepec.

En Morena son muchos los que han levantado la mano, pero son dos los que tienen el aprecio de López Obrador, los alcaldes de Tecámac, Mariela Gutiérrez Escalante y su homólogo de Ecatepec, Fernando Vilchis.

La primera ha mostrado públicamente ser ferviente devota del inquilino de Palacio Nacional, al grado de besarle la mano, el segundo, pese a sus desaciertos en su gobierno y el permanente golpeo de legisladores de su partido, se mantiene firme en el cargo.

En temas como la escasez de agua, que no ha podido resolver y que ha generado permanente inconformidad social, el Presidente entró al quite al señalar que pronto llevara agua a Ecatepec desde pozos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

Fernando Vilchis es pésimo para gobernar, pero ejecuta acciones que gustan al Presidente, pues él mismo las lleva a cabo: tiene el control de los votantes mediante programas sociales, gana elecciones y le es leal.

alfredoibanezjuarez@yahoo.com.mx

@ibanezalfredo