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Junio 17, 2019 20:23 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›


A pesar de la necesidad que tiene el gobierno federal de negociar con los conservadores y de dividir a su más cercana, o lejana competencia electoral que es el PAN, la asociación política que promueven Felipe Calderón y su ex esposa Margarita Zavala, no cuaja.


El gobierno federal debe tender puentes con el PAN y con los panistas que abandonaron ese partido ante la falta de liderazgo. Es decir, tanto con el PAN, que se autodenomina el contrapeso político, y aunque está muy lejos de serlo, es la competencia más próxima, aunque no cercana, al partido en el poder.


En el norte del país el PAN puede dar la sorpresa y en esa parte del territorio nacional habrá en un par de años definiciones que deben perfilarse de ahora como contiendas importantes y que no se presentan nada fáciles para Morena, de ahí que la negociación con el PAN es indispensable.


En ciertos momentos se consideraba un ente competitivo el surgimiento del partido de la ex pareja presidencial llamado México Libre, pero al parecer tiene muchos menos simpatizantes de los que ellos consideraron.


En su más reciente reunión, que no podría llamársele asamblea, del 28 de abril no reunió ni la mitad de los 300 ciudadanos que como mínimo validarían la asamblea del Distrito 3 de León, Guanajuato; a pesar de que esa entidad era mayoritariamente panista. Sin embargo, al convertirse en el estado más inseguro del país, dejando en segundo lugar a Tamaulipas, también gobernado por el PAN, la gente pareciera empezar a darle la espalda a Acción Nacional y a cualquier persona con ese pedigree.


México Libre también fue desairado en Monterrey, Nuevo León, al convocar a la asamblea del Distrito 6, el 5 de mayo, que fue otro fracaso. No hay seguidores a pesar de la lana que les han inyectado Zavala y Calderón.


Esa asociación apenas reunió 300 ciudadanos en el Hotel Presidente Intercontinental de la Ciudad de México, ’multitud’ que los llevó al paroxismo, con más fantasía que optimismo.


Faltan seis meses para que venza el plazo de la realización de asambleas y el partido de Calderón debe tener en promedio una al día o siete cada semana para lograr el requisito de organizar al menos 200 y deben afiliar, diariamente, a mil 133 ciudadanos, lo cual es prácticamente imposible.


El norte del país que no permitía que otro partido ganara más que el PAN acaba de perder un bastión de más de 20 años, Baja California, y al parecer ese es sólo el principio del fin de ese partido en el norte del país.


En realidad esto es muy positivo no sólo porque la población de esos estados se vuelca a una renovación profunda de la sociedad y la política porque con el abandono de la población hacia el PAN el peligro de la ’balcanización’ del país se aleja.


Es decir, entre los proyectos ’secretos’ del PAN está la división del país, donde los estados de Baja California Norte y Sur, sumados a Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas pudieran crear un país autónomo, con la falacia de que ellos recudan los impuestos con los que vive el país y que los demás estados son una especie de entidades parásito en el presupuesto federal.


Así, el PAN al perder fuerza, también se fortalece el federalismo que tanto han tratado de dañar.

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Balcanización o PAN

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