1

2,006 vistas

Octubre 11, 2020 17:34 hrs.

Fernando Irala › tabloiderevista.com

Política ›


Este año se ha roto una tradición de la ciudad.
Por lo menos desde que a fines del siglo pasado se conmemoró el medio milenio del Descubrimiento de América, manifestantes indigenistas y antihispanistas se han hecho presentes cada aniversario frente a su monumento, para hacer patente su resentimiento contra un personaje que cambió la historia del mundo, y contra las secuelas que aún vivimos de esos hechos.
La estatua que recuerda al marino genovés ha terminado cada episodio de éstos, e incluso en otras protestas por otras causas, bañada en pinturas varias y cubierta de leyendas condenatorias.
Este 12 de octubre no sería distinto. Por el contrario, la virulencia de las marchas no ha dejado de aumentar, y hasta los sectores antes próximos a la bondad y la abnegación ahora cargan contra las barreras policiacas y hacen gala de destrucción de comercios, edificios públicos e incluso mobiliario urbano.
Como resultado de expresiones callejeras, han sufrido daños considerables las estatuas vecinas que adornan el Paseo de la Reforma, lo mismo que la de Cuauhtémoc y el Hemiciclo a Benito Juárez.
Y esta vez, Colón sería insalvable. Así que las autoridades de la ciudad decidieron mentir para protegerlo. Dijeron que de pronto observaron a Don Cristóbal muy sucio y desmejorado, muy a la intemperie. Y consideraron que era un buen momento para bajarlo de su pedestal y retirarlo a un ignoto taller para darle una restauradita.
Ahí pasará la efeméride y quién sabe cuánto tiempo más. A la espera de tiempos mejores que no sabemos si alguna vez retornarán.
Entonces, tal vez, la figura de Colón volverá a su base, y su glorieta dejará de verse mocha.

VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

Colón, enclaustrado

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.