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Diciembre 18, 2013 00:05 hrs.

Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

Política ›


Bien decía el tamaulipeco Emilio Portes Gil que en nuestro país cada seis años hay “una nueva comalada de millonarios” y es verdad que este esplendoroso país ha permitido que los “nuevos ricos” sean precisamente quienes se han desempeñado como “servidores públicos”. No hay que darle mucha vuelta al asunto, ese nutrido grupo está en las filas de los partidos políticos, de todos colores, siglas y banderas.

Antes, durante y después del Movimiento Revolucionario de 1910 los integrantes de la clase política llegan al poder y se enriquecen “a manos llenas”, aprovechando la ignorancia, la debilidad y las necesidades de las clases mayoritarias. Negocios, concesiones, permisos de importación, plazas en las nóminas oficiales y adquisición de oportunidad en materia de tierras para el cultivo, terrenos en los paraísos vacacionales, forman parte del patrimonio de un político.

¿Y a qué viene tanto comentario? Sencillamente a la difusión de la noticia sobre las deuda millonaria que contraen los gobernadores, sin mayor explicación ni justificación. Las cuentas jamás se rinden y es nula la intervención fiscalizadora de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como la vigilancia de una contraloría o secretaría de la Función Pública o de la Comisión Nacional Anticorrupción, aunque ésta dependencia aún no surge a la vida pública por los intereses que manejan los partidos políticos en las Cámaras de Senadores y de Diputados.

Las cifras que abarcan miles de millones de pesos provocan un tremendo escalofrío, pero los autores de los endeudamientos ni sudan ni se acongojan e inclusive reciben hasta premio. El caso de Jorge Aristóteles Sandoval es el más escandaloso porque como presidente municipal dejó hundida a Guadalajara, a cambio de ello hoy despacha como gobernador constitucional de Jalisco; la deuda estatal asciende a 25,370 millones de pesos y de ello también tiene culpa el exgobernador panista Emilio González Márquez, cuya deshonestidad fue públicamente conocida.

En la Ciudad de México todo está calladito en cuanto al endeudamiento contraído en los últimos quince años, período en que el Gobierno del Distrito Federal ha estado bajo control de militantes del Partido de la Revolución Democrática, al que no pertenece el doctor en Derecho Miguel Ángel Mancera Espinoza pero que también colabora en el asunto. La deuda mayor, a nivel nacional corresponde precisamente al gobierno de la Capital del País. Al 30 de septiembre pasado era de 56,586 millones de pesos y ahí se incluye un alto porcentaje atribuido a la administración del desangelado Marcelo Ebrard Casaubón. ¿Y quién comenta algo? ¿Qué tiene que decir Mancera Espinoza?

Humberto Moreira efectivamente dejó superendrogado económicamente al gobierno de Coahuila y hoy goza de la buena vida como becario oficial en España, pues es un estudiante más. Sin embargo más situación crítica en lo financiero la tienen Nuevo León, Veracruz y el Estado de México, cuyas deudas oscilan entre los 40 mil y los 50 mil millones de pesos frente a los 35 mil 600 millones de Coahuila, lo cual en nada le resta responsabilidad al expresidente nacional del PRI. Pero, el pero que nunca falta, ni Natividad González Paras, ni Fidel Herrera Beltrán y menos Enrique Peña Nieto, nos dirán porque dejaron esos elevados números rojos en las arcas estatales.

Chihuahua, Chiapas, Quintana Roo y Sonora, completan la lista de las diez entidades con mayor endeudamiento; el segundo de esos Estados no fue gobernado por un priista en activo sino en retiro porque fue apoyado por una múltiple coalición de intereses partidistas encabezados por panistas y perredistas. Los que fueron gobernadores de esos rincones patrios no serán atraídos por la justicia como es el caso del tabasqueño Andrés Granier que está preso y a quien le están vaciando todo el Código Penal, le ajustan cuentas por algo más que por haberse llevado el dinero y por lo tanto es una vendetta política, lo cual es muy usual en el sistema político mexicano.

Si los datos publicados el pasado lunes por el diario Reforma son exactos, la deuda global de esos nueve Estados y el Distrito Federal es de la fabulosa cantidad de 333mil 598 millones de pesos. Es importante quiénes son los acreedores, a cuánto ascienden los montos de intereses mensuales y los plazos de cada contrato. ¿Quiénes van a pagar? ¡Muy simple!: los clasemedieros, los cautivos permanentes en el pago de impuestos incluyendo a los pensionados y a los jubilados.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Por qué el Presidente Enrique Peña Nieto no interviene en este tema, ya que está decidido a transformar México y hace reformas al por mayor?

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Comaladas de nuevos millonarios

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