Conoce más sobre la Iglesia Universal del Reino de Dios

La Iglesia Universal del Reino de Dios fue fundada en 1977 por Edir Macedo Becerra, quién vivía en Rio de Janeiro y era de familia católica y que se ’convirtió’ al evangelismo. Fue en 1975 cuando logró fundar junto a su cuñado el ’Salón de la Fe’, pero la paz entre ellos no duró mucho, ya que se peleaban por las ganancias económicas.

Por este motivo Edir decide fundar la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD). Habiéndose separado de todos sus compañeros de fundación viaja a los Estados Unidos en 1986 y se queda largo tiempo aprendiendo las técnicas de los tele-evangelistas norteamericanos y marketing empresarial, entre otras cosas. Es en esa época donde se funda el primer anexo en New York.

En la época de su fundación, Brasil andaba en una gran crisis económica, y las iglesias tuvieron una adaptación fuerte, con el objetivo de cura divina, liberación y prosperidad, además de ganar espacio en los medios de comunicación. Después de una gran promoción, la IURD logró llegar a diversos otros países además de Estados Unidos, como México, Bolivia, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, entre otros más también en Europa, Alemania, Rusia, Bélgica, etc. En muchos países la IURD lleva un nombre diferente.

La IURD desde su surgimiento ha causado bastante controversia en varias partes del mundo, investigadores brasileños por ejemplo revelan que ’los líderes de la Universal comandan una organización religiosa y empresarial con fines lucrativos y se aprovecha de su poder religioso para enriquecerse mediante la explotación financiera de sus fieles’. Pero mucha gente ignora las críticas y sigue creyendo en todo lo que dicen y hacen, revelando haber recibido muchos milagros en sus vidas, víctimas de una gran manipulación psicológica.

Hoy en día en México por ejemplo existen centenas de estas Iglesias, además del programa televisivo llamado ’Pare de sufrir’, donde podemos ver que usan mucho las palabras ’desafío’ y ’sacrificio’, y el desafío consiste en donar más de lo que se puede, una donación por encima de las posibilidades inmediatas.