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Junio 06, 2016 18:35 hrs.

Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com

Periodismo ›


Una colorada (vale más que cien descoloridas) Creer lo que conviene o aquello que se acomoda a los deseos, parece ser una tendencia ancestral de la humanidad, según lo declaró de diversas maneras Julio Cesar.
En el libro cristiano de los hechos, se relata las manipulaciones de un ’mago’ con muchos seguidores, cuyas falacias cautivaban aun a los más doctos y es de resaltar la convicción de millones de españoles cuando el ’generalísimo’ les arengaba: ’Crearemos una España fraternal, una España laboriosa y trabajadora donde los parásitos no encuentren acomodo; una España sin cadenas ni tiranías judaicas, una nación sin marxismo ni comunismo destructores, un Estado para el pueblo, no un pueblo para el Estado.’
Me sorprende como la idea de "No es mi ambición esto de estar en guerra, pero sí lo es crear un nuevo estado nacional y social de la más alta cultura" aunado a la convicción de ’Ante Dios y el mundo, el más fuerte tiene el derecho de hacer prevalecer su voluntad’ persista en aspirantes al poder a casi un siglo de haber sido expresadas por Adolfo Hitler. ¿Será que existen condiciones similares en este 2016 y lo que hizo a jóvenes alemanes en la primera mitad del siglo XX, considerar que era ese líder en particular el que los llevaría a un mundo mejor?
En el ámbito de una actividad tan antigua como la practicada en Creta, se valora poco lo hecho o comentado ’a toro pasado’ hoy, son miles las hojas escritas acerca de un hombre al cual el Dr. Henry Murray, diagnóstico como enfermo de histeria, neurosis, esquizofrenia y paranoia.[1] ¿Cuáles serían las características psiquiátricas de personajes como el señor Trump o el presiente Maduro que les hacen empáticos con grandes masas que les escuchan y siguen?
El segundo presidente del Consejo de Ministros de la URSS, reconocido como otro de los dictadores relevantes el siglo XX, además de considerar que ’la gratitud es una enfermedad que sufren los perros’ estaba convencido de que ’La nuestra es una causa justa. El enemigo debe ser derrotado. La victoria será nuestra’. Lo cual empataba con una idea adoptada hoy por millones de personas del siglo XXI ’Dios no es injusto, sino que en realidad no existe. Hemos sido engañados. Si Dios existiera, habría hecho el mundo más justo….’ Y los judíos, tan vilipendiados y perseguidos por tirios y troyanos poco hablan del verdadero odio que sentían por los samaritanos, por cuyo conducto Jesús de Nazaret, les dejó más de una lección de cómo amar, perdonar e incluso ayudar al otro aun cuando no sea de nuestro origen, color, pensamiento o condición.[2]
El anhelo ario-germano de constituirse en poder mundial no murió con Hitler, después de haber criticado sus tácticas de manipulación –de masas e individual en el llamado lavado cerebral- casi no hay agencia de publicidad del siglo XXI que ignore los métodos que entonces se utilizaban por este dictador y todo su equipo de trabajo que lo mismo difundía una idea en favor de los grupos sociales pues ’Hay millones de huérfanos, lisiados y viudas entre nosotros. ¡También ellos tienen derechos! Para la Alemania de hoy ninguno ha muerto ni ha quedado lisiado, huérfano o viuda. ¡Tenemos la deuda con estos millones de construir una nueva Alemania!" que inhibía la procreación libre para ’procurar que sólo engendren hijos los individuos sanos, porque el hecho de que personas enfermas o incapaces pongan hijos en el mundo es una desgracia, en tanto que el abstenerse de hacerlo es un acto altamente honroso’. Porque según dijo el líder soviético propuesto dos veces al premio Nobel de la paz ’Qué mejor suerte que gobernar a hombres que no piensan’.
¿Será la existencia de un gen perverso el que hace que líderes de ahora crean firmemente en ideas como: ’…Cada uno de los grandes momentos de este mundo debe su grandeza a grandes oradores y no a grandes escritores’? ¿Cómo es que han persistido temas expresados por Mussolini -’La propensión al imperialismo es una de las fuerzas elementales de la naturaleza humana, lo mismo que la ambición de poder. Unas veces se trata del imperialismo del dólar; otras, de un imperialismo religioso o de un imperialismo artístico. Pero es siempre un signo de la fuerza vital del hombre. Mientras uno vive es imperialista; cuando ha muerto, ya no lo es...’ – adoptadas en una campaña republicana por masas en un alto porcentaje sin oficio ni beneficio?
’Siéntete orgulloso de tu pueblo cuando no debas avergonzarte de ninguna de sus clases sociales’. ’El Estado debe declarar al niño como el tesoro más preciado del pueblo. Si el pueblo percibe que el gobierno trabaja para el beneficio de los niños, soportará casi cualquier restricción a la libertad y cualquier tipo de privación’. ’Aquel que se gane a la juventud, se gana el futuro’. Frases maravillosas, retórica de discurso de cualquier campaña, buenas intenciones de grupos que anhelan un mundo mejor pero a fin de cuentas verbos hilvanados por personajes que al final de sus días perjudicaron más que beneficiaron a los niños los jóvenes y las clases sociales.
La Unión Europea está en crisis después de haber adoptado un sistema expansionista, con la idea de que comprando países quebrados tendría mas fuerza; hoy ni ha podido rescatarlos y no sabe como liberarse de los problemas que le han generado. Los Estados Unidos de América está también en dificultades, pues lo que se suponía era su fuerza moral, se ha perdido en dobleces de conducta y ausencia de visión social. América latina se debate, entre la decadencia de ’las izquierdas’ -sofocadas por un ejercicio de poder falaz, mentiroso, corrupto y dispendioso- después de haber abandonado sus ideales sociales[3] y el mundo en su conjunto busca creer en algo o alguien que le convenga ahora que al parecer ya no hay mucho más que vender.
[1] El análisis que recibió múltiples críticas por no considerar factores genéticos y por haber sido realizado a distancia, fue solicitado como una herramienta para ayudar a los aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial y en el se sugería una personalidad bipolar poco tolerante a las bromas lo cual detonaba en Hitler un fuerte comportamiento criminal, aun cuando tenía ’gran confianza en sí mismo y era altamente perseverante frente a la derrota’.
[2] Libro de los hechos capítulo 8 y capítulo 4 del Evangelio de Juan de La Biblia Nuevo testamento.
[3] En México y muchos países de a región se perdió la hegemonía ideológica no solo por la disminución de los niveles de prosperidad, sino que se ha afectado la credibilidad por la ausencia de congruencia y coherencia entre los diversos factores de poder institucional y de facto.

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Creer lo que conviene

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