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Diciembre 11, 2023 01:43 hrs.
Raúl De La Rosa › diarioalmomento.com
Política ›
México es un país que depende casi en su totalidad de las investigaciones científicas e innovaciones tecnológicas, y empresas extranjeras, a pesar de que hemos desarrollado un Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT, antes CONACYT) y un Sistema Nacional de Investigadores (SNI) por más de medio siglo. Pero si hay un sector donde ello no se ha notado y por ende la sociedad mexicana más ha resentido esa dependencia científica y tecnológica, es en la salud pública. ¿Por qué? Pues por nuestra absoluta dependencia de ello en el Equipamiento Médico o Equipo Médico (EM) que es utilizado en la prevención y atención clínica en México, y que depende directamente de la diversidad, costos de adquisición, operación y mantenimiento de las respectivas importaciones, debido a la centralización de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) que hacen los países de ingresos altos (Europa, EEUU, Canadá, China, Japón, Australia etc.), lo cual nos provoca diversos problemas en la calidad de los servicios de salud pública en los países con menores ingresos (como África, Asia y Latinoamérica).
De allí que sea una problemática muy compleja y que requiere de medidas integrales de: evaluación, selección y diseño, para que países como México (o de menor ingreso) cuenten con dichos dispositivos que correspondan a sus necesidades de salud y a las características de su entorno. En el factor de diseño (invención e innovación) una de las acciones recomendadas por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para cada país es la Transferencia de Tecnología (TT) entre actores locales: Organismos Públicos y Privados de Investigación (OPPI) y Pequeñas Empresas de Base Tecnológica (PEBT), para que éstos desarrollen alternativas de Equipo Médico (EM) enfocado en problemas de salud nacionales, que consideren las características del entorno, las capacidades del operador local, y que tengan un menor costo que los importados.
En México o en los BRICS, ésto tiene polos opuestos, pues convergen diversas características que los hacen casos particulares. Por ejemplo, México se ha convertido en uno de los líderes en manufactura y ensamble de tecnología médica en el mundo (pero de empresas extranjeras), y por el otro, de acuerdo a diversos actores involucrados en el sector, México cuenta con recursos humanos altamente capacitados, e infraestructura para poderse involucrar en actividades de mayor complejidad tecnológica (investigación, innovación y diseño), pero no lo ha hecho. ¿Por qué? Bueno, hay que analizar cuáles son los factores que determinan (favorecen u obstaculizan) los procesos de Transferencia de Tecnología (TT) entre los OPPI de México, y las empresas mexicanas, para el diseño e innovación de Equipo Médico (EM) nacional. Para alcanzar dicho análisis se debe realizar una revisión de la literatura sobre éste tema y contrastarla con la evidencia empírica obtenida en el análisis de distintos casos de solicitud de patente de EM, por parte de las y los inventores mexicanos, ante la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU (donde en ésta parte del mundo es más fructífero hacerlo). Y lo que se encuentra es que los factores que son determinantes en los procesos de TT son: el grado de novedad de la invención, la participación del usuario y la forma de dicha participación durante el desarrollo de la invención, la visión e importancia de la TT por parte de los actores (gobierno, OPPI y empresas), las políticas y legislaciones sobre propiedad industrial y las capacidades de los recursos humanos, principalmente de las y los inventores.
Es muy importante tener claridad en ello porque los Dispositivos Médicos (DM) son elementos, aparatos o utensilios, utilizados en la práctica médica para diagnosticar o mejorar el estado de salud de una persona. El Equipo Médico (EM) es un tipo de Dispositivos Médicos (DM) tipo 3 (categorías propuestas por la Ley General de Salud de México, que clasifica a los DM de acuerdo a su uso en: equipo médico, prótesis, ortesis, ayudas funcionales, agentes de diagnóstico, insumos de uso odontológico, materiales quirúrgicos, de curación y productos higiénicos) enfocado en: la atención médica quirúrgica, en procedimientos de exploración y diagnóstico, en el tratamiento y rehabilitación de pacientes; y en actividades de investigación biomédica. Por la relevancia de éstas funciones, el EM se ha convertido en un elemento esencial en la atención médica (reconocido tanto por la OMS como para la SSA de México) y más por el aumento y envejecimiento de la población de México, junto con otros cambios sociodemográficos en otros países de ingresos medios (y bajos), han generado una mayor demanda de los servicios de salud, y en consecuencia un incremento en el gasto por parte de los gobiernos en éste sector, _que no se ve reflejado en un mejor servicio de salud pública en México._
¿Y a qué se debe? Pues a los problemas de selección en éstos países, asociados a las deficiencias en los procesos de evaluación de las necesidades, y por el dinamismo que caracteriza a la industria de Dispositivos Médicos (DM... frecuencia y elevados montos de inversión en I+D, que incrementan la diversidad y en poco tiempo disponibilidad en el mercado de los DM). Además, el mayor porcentaje del EM utilizado en los países con menores ingresos, no corresponde a sus propias características de su contexto, de su infraestructura y de sus recursos humanos disponibles de los países como México, simplemente porque son generados en países de ingresos altos, de acuerdo a las necesidades de salud, y principalmente, a las necesidades del mercado de esos países de altos ingresos. En consecuencia, se generan problemas de accesibilidad, asequibilidad, idoneidad y disponibilidad, entre los OPPI y las empresas del extranjero, con respecto a las necesidades de salud pública y de los mercados nacionales de los países de menos ingresos.
Debido a la complejidad y relevancia de éstos problemas, en el año 2007 el Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes, de los Países Bajos, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), propusieron el proyecto titulado ’Dispositivos Médicos Prioritarios’. En el cuál se menciona que los aspectos cruciales para mejorar el acceso de DM idóneos para los países de menores ingresos, son: la selección y el uso adecuado, así como la innovación. Por ello, es que la producción local de DM y la TT son consideradas por la OMS, vías para superar las barreras y retos de acceso a DM, en los países de menores ingresos (África, Asia y Latinoamérica). Cabe destacar que la efectividad de éstas acciones dependen de otros factores, como: su alineación a las necesidades y prioridades de salud de cada país, a las especificaciones técnicas y regulaciones de cada país, y al ambiente favorecedor de negocios en éste sector de cada país. Es decir, que se estimule un mercado de DM basado en las necesidades de salud popias y que se cuente con mecanismos de financiamiento e incentivos para la TT por parte de los gobiernos y las empresas nacionales.
Es un tema que vale la pena que sigamos tratando y presionando a los OPPI y empresas mexicanas, porque la crisis de DM y EM durante la crisis epidémica del COVID-19 nos demostró cuan importante es.
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