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Febrero 25, 2019 14:20 hrs.

De la Redacción › diarioalmomento.com

Medio ambiente ›


Es poco probable que la mariposa Monarca se extinga, ya que también se encuentra presente en América Central y del Sur, el Caribe e, incluso, en regiones lejanas para nosotros como el norte de África, la península Ibérica y Australia. Más bien lo que se encuentra en peligro es el fenómeno de su migración y la formación de colonias de millones de éstas, aseguró Carlos Cordero Macedo, investigador del Instituto de Ecología.

En América del Norte, destacó, de las que migran antes del invierno, desde el sureste de Canadá y el noreste de Estados Unidos hasta el centro de México está involucrada más de 90 por ciento de la población total, lo cual es importante porque durante su trayecto de más de cinco mil kilómetros, realizan una función polinizadora fundamental.

Desde el punto de vista científico, el fenómeno de la migración masiva es sumamente especial, y sería una gran tristeza, además de una tragedia ecológica, que se perdiera a causa de las actividades humanas, ya sea directamente por la tala de los bosques donde llegan las mariposas o por la desaparición de las plantas de las que se alimentan, indicó.

La realidad es que con la siembra de grandes extensiones de cultivos de trigo y otras plantas en Estados Unidos de América que rinden beneficios importantes en términos económicos se ha destruido mucha de la vegetación natural que incluye las plantas de alimentación de esta especie, agregó.

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Este fenómeno también constituye un espectáculo natural impresionante; de hecho, en términos prácticos uno de los principales beneficios que se obtienen de los viajes periódicos y masivos de este insecto son los recursos económicos que proporcionan a las comunidades donde se les muestra como atractivo con fines ecoturísticos, dijo.

Cabe mencionar que en el caso de México, a pesar de que durante su recorrido atraviesan buena parte del territorio, la gran mayoría llega a los estados de México y Michoacán, donde tiene sus santuarios, precisó.

Aunque hay bosques similares en otras entidades, se cree que arriban a estos sitios específicos porque ahí, tanto las Monarcas como sus larvas, encuentran una de sus principales fuentes de alimentación, que es la planta conocida como algodoncillo, cuyo nombre científico es Asclepias spp., señaló.

De acuerdo con datos del Reporte de Monitoreo de la Mariposa Monarca en México 2018-2019, durante la segunda mitad de diciembre del año pasado se registraron 13 colonias de esas mariposas (siete en Michoacán y seis en el Estado de México); además, el 24 de enero de 2019 se registró por primera ocasión la colonia del Ojo de Agua en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca, informó.

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Hay algunas que no migran
No todas las Monarca migran, hay poblaciones residentes que se ubican en ambientes más benignos donde les es posible mantenerse durante todo el año sin necesidad de moverse a otros lados, aclaró.

Las mariposas que emigran pasan el invierno en México, se aparean y parten de regreso. Éstas ponen huevos sobre las plantas que sirven de alimento a sus larvas y mueren poco después en el camino de regreso al norte. En realidad, los que regresan a Estados Unidos y Canadá, varias generaciones después, son sus descendientes, quienes durante el otoño iniciarán nuevamente la migración hacia el sur. De hecho se trata de insectos muy longevos ya que viven entre seis y siete meses, incluso algunos llegan hasta los nueve meses, resaltó.

La migración de las mariposas Monarca tiene que ver con la búsqueda de hábitats más benignos para ellas en la época en que nuestros países vecinos del norte resultan lugares donde es imposible sobrevivir debido a las bajas temperaturas, comentó.

Que estas mariposas continúen migrando cada año depende de los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos. Las tres naciones tienen que establecer un plan para conservar los bosques donde llegan y, al mismo tiempo, las plantas de las cuales se alimentan durante su ruta migratoria, consideró Cordero Macedo.

Es necesario tomar conciencia de que el mejor escenario migratorio para las Monarca puede cambiar de un año a otro. ’Si por ejemplo se consigue un permiso y se tiran miles de hectáreas para sembrar, toda la vegetación que estaba en esos bosques se destruiría y al año siguiente lo único que encontrarían estas mariposas serían campos de trigo, lo cual puede significar la muerte para muchas porque se verán en la necesidad de cruzar muchas zonas hasta encontrar su alimento, concluyó.

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Difícil, la extinción de la mariposa Monarca

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