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Mayo 30, 2021 21:13 hrs.

José Antonio Aspiros Villagómez › Club Primera Plana

Periodismo ›


Vivimos en México malos tiempos para el periodismo. Además de la perniciosa confrontación entre el presidente de la República y diversos medios y comunicadores, la crisis financiera de las empresas noticiosas que estaban atenidas a la hoy menguada publicidad oficial, el consecuente desempleo y los lamentables asesinatos y ataques contra reporteros en represalia por su trabajo de informar a la sociedad, parece estar en riesgo la existencia de un importante medio periodístico y de la más antigua institución formadora de periodistas. En ambos casos, entidades muy ligadas a los afectos y vivencias de este tecleador.

Muchos lectores sabrán de antemano que nos referimos a la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, donde laboramos durante tres décadas y luego escribimos un libro con su historia, y a la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’, en cuyas aulas realizamos nuestros estudios profesionales e impartimos cátedra después.

Notimex se encuentra en huelga desde febrero de 2020 sin que ni el gobierno, ni la empresa, ni el sindicato, tengan una voluntad real de resolverla por más que digan lo contrario en medio de posiciones rígidas y acusaciones mutuas. Ninguno cede siquiera un milímetro. ’Qué bueno que ahora hay huelga’, dijo en su momento el presidente del país, quien desde entonces ha mantenido su apoyo firme y público a la directora de la agencia, no a los trabajadores.

Es impensable que, en esas condiciones, Notimex alcance a cumplir 53 años de existencia -y año y medio en huelga- el próximo 20 de agosto. En 2020 esa entidad quedó muy lejos de su meta de ingresos propios y será peor en 2021; ya no envía servicios de ningún tipo a los suscriptores si es que le queda alguno; perdió su presencia en el Consejo Mundial de Agencias de Noticias; abandonó su perfil como empresa con visión latinoamericana; se deshizo dentro y fuera del país de sus expertos en periodismo de agencia. Los numerosos despidos fueron su manera de acabar con la presunta o probada corrupción que había en el sindicato, al parecer constreñida a su antiguo líder gremial y algunos allegados. De Notimex ya sólo quedan unas banderas rojinegras afuera de sus instalaciones y los artefactos de trabajo adentro.

En cuanto a la ‘Carlos Septién’, nos enteramos por el servicio Aristegui Noticias que un grupo de profesores pidió la renuncia del director Víctor Hugo Villalba y lo acusaron de que ’ha llevado a la Escuela al borde de su extinción’, y por ello no había ’nada que celebrar’ el 27 de mayo pasado, cuando la institución cumplió 72 años de existencia.

Según la denuncia formal hecha por los profesores Fernando del Collado, María de los Ángeles Magdaleno y Mario Gutiérrez Vega, Villalba ha colocado a ese claustro ’en vías de su cierre definitivo’; se encuentra reducido y marginado, sin tener colaboración académica con otras universidades, ni ’programas propios de investigación o líneas de estudio con el mínimo rigor y probidad’.

Se quejan de que desapareció el turno vespertino, se redujeron los grupos en el matutino y ’el posgrado está en vías de extinción’ al no abrirse nuevos ciclos de maestría. Son de consideración sus demás señalamientos, entre ellos que ’en el reciente proceso de vacunación que el gobierno federal realizó en contra de la Covid-19, (el director) decidió dejar fuera a un grupo de profesores con el pretexto de que solo se registrarían a los maestros que estaban ‘activos’ en cursos’. No tomó en cuenta a varios mentores ’que fungen como asesores de trabajos en el posgrado’.

En su respuesta al que llamó ’escrito difundido en diferentes plataformas’, el director Víctor Hugo Villalba Jiménez dijo escuetamente que ’se iniciarán acciones para revisar las inquietudes emitidas en el escrito referido’. Ante ello, los profesores quejosos reiteraron su demanda de que renuncie, y de que sean establecidos ’mecanismos de diálogo interno para aterrizar acciones y planes de trabajo múltiples que ayuden al rescate de nuestra querida Escuela’.

Se trata del segundo conflicto dentro de la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’, en que se ve inmerso un director. Con la mayor discreción posible, el director nombrado a partir de 2001, José Francisco Alejandro Hernández García, fue removido en 2004 y tuvo que regresar por un tiempo su antecesor, el veterano Manuel Pérez Miranda.

Puertas adentro del plantel supimos que Hernández quiso imponerle a la institución ’un perfil empresarial’ y eso no gustó en la Asociación Cultural de la que depende jurídicamente. Pero se manejó públicamente el asunto como ’un año sabático’ que terminaba para Pérez Miranda -quien ya estaba hasta jubilado- y con ello el fin del supuesto ’interinato’ de Hernández, quien duró dos años y medio cuando hasta tenía planes de dotar al plantel con nuevas instalaciones a tres años de su toma de posesión.

Por el cariño que tiene el tecleador hacia su ’alma mater’, y porque todas las personas mencionadas son respetables y de su aprecio, es una pena comentar estos hechos que sin embargo tienen sustento documental, si bien mediático, pues mucho de ello se publicó en los periódicos Libertas (Teodoro Rentería Villa, VIII-2010) y El Financiero (José Nava, 12-II-2004) y ahora en Aristegui Noticias, y tenemos la carta personal (25-VI-2001) del recién fallecido maestro Pérez Miranda, en la que nos anunció que le habían concedido su jubilación y en su lugar había sido nombrado Alejandro Hernández.

Ambos personajes, por cierto, son los autores de la primera y segunda ediciones (1999 y 2012, respectivamente) del libro El parlamento de los pueblos, donde se narra la historia de esta Escuela de Periodismo a la que deseamos que supere satisfactoriamente la actual controversia entre su director y algunos profesores. Nuestro mayor anhelo es que se conjure el temor de ’cierre definitivo’.

Porque de ese plantel, entre cuyos grandes directores destacó el profesor Alejandro Avilés, han emergido periodistas de gran valía, conocidos como ’líderes de opinión’, directivos de medios, conductores de programas informativos y reporteros muy notorios, y no hay duda de que habrá más en las nuevas generaciones de graduados.

La celebración del 72 aniversario de ‘la Septién’ fue por Facebook el 27 de mayo pasado. Hubo un homenaje a los 14 miembros de la ’comunidad Septién’ (exalumnos y maestros) fallecidos entre abril de 2020 y mayo de 2021, y al profesor Pérez Miranda se le otorgó de manera póstuma el Premio Nacional de Periodismo ‘Carlos Septién García’.

Y si hay duda de por qué se llama así el plantel, diremos que es en honor de Carlos Septién García, periodista queretano, maestro y cronista taurino, que era director de esa Escuela al fallecer en un accidente aéreo en 1953, cuando viajaba como reportero a cubrir un acto del presidente Adolfo Ruiz Cortines. Fue director de la revista La Nación y de la Revista de la Semana, de El Universal.

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Dos casos lamentables en el medio periodístico

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