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Diciembre 01, 2016 14:12 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Educación ›


El Instituto de Educación Media Superior del gobierno de la capital ha quedado acéfalo y a disposición del equipo identificado con la presidenta nacional del PRD en alianza con el Secretario de Movilidad, a quienes no les importa la calidad educativa sino los espacios políticos para fortalecer posiciones electorales, además de erigirse como propietarios del Instituto.
Mediante un proceso anómalo, muy al estilo de Carlos Romero Deschamps o Elba Esther Gordillo, el Secretario de Educación de la Ciudad de México, Mauricio Rodríguez, presentó, sorpresivamente, sin mediar convocatoria, el acuerdo para destituir al Director General Ulises Lara López.
Cabe preguntarse si el Jefe de Gobierno cedió sus atribuciones al Sr. Rodríguez ya que el nombramiento de Director General y su remoción es facultad únicamente de Miguel Ángel Mancera.
La Secretaría General de Gobierno queda en entredicho por este suceso, sobre todo porque el nombramiento de este cargo no forma parte de las atribuciones del Consejo de Gobierno del IEMS.
Dicho Consejo se adueña de una responsabilidad inexistente, porque se designa como encargado de vigilar este proceso al Director Jurídico; sin embargo, si se revisa el Estatuto Orgánico de dicho Instituto, se darán cuenta que no existe la figura de Director Jurídico.
Así, en una sesión que cambió de sede 40 minutos antes de la hora a la que originalmente fue convocada y con el aval de los representantes en dicho Consejo, de la Oficialía Mayor, la Contraloría, la Secretaría de Gobierno y la propia Secretaría de Educación, que forman parte de una posición política que controla buena parte de la Ciudad, como si fuera de su propiedad.
El área jurídica de la Secretaría de Educación local, señaló que el Director General no había mostrado disposición para resolver el pliego de peticiones del Sindicato Único de Trabajadores del IEMS. Ahora resulta que el principal argumento juega a favor de un sindicato que, como consta en medios de comunicación y los archivos de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México, no sólo ha dejado de cumplir con sus propias normas sino que se ha convertido en un instrumento de presión para obtener prerrogativas por encima de la ley y con la venia y patrocinio de la Subsecretaría de Gobierno, que pareciera ser enemiga de la educación.
Las condiciones del sindicato son muy favorables y se han fortalecido con una sistemática mejora en la educación, sin embargo, está muy lejos de tener argumentos suficientes para iniciar una huelga, porque simplemente en el rubro de los salarios, si consideramos que un docente del IEMS recibe un salario bruto de 26 mil 503.62 pesos mensuales y atiende a un máximo de 25 estudiantes por grupo, cuando un profesor del Instituto Politécnico Nacional tiene un sueldo mensual bruto de 22 mil 584.70 pesos; mientras que en el Colegio de Bachilleres reciben un salario mensual bruto de 16 mil 191.60 pesos.
Poco más abajo se ubican los maestros de la UNAM, con un salario bruto de 15 mil 024.22 pesos mensuales.
Pero el sindicato acostumbra amagar con huelga cuando requiere posiciones políticas, espacios propios o simplemente extender sus dominios
De forma que poco ha servido Mauricio Rodríguez al frente de la Secretaría de Educación.
La mano de autoridades extraescolares, los intereses de por medio, la desesperación de un partido que quiere arrebatar posiciones y la proximidad de las elecciones intentan ganar espacios políticos a costa de la educación, que cada vez que la política se impone sobre la ley deteriora su sano desarrollo y su calidad.

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Educación por asalto en la CDMX

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