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Julio 12, 2016 01:12 hrs.
Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com
Educación ›
Una colorada (vale más que cien descoloridas) Julio es definitivamente fundamental para la excelencia educativa de México. Hoy mismo en Hong Kong, 100 países de cinco continentes, se han dado cita para competir en la Olimpiada Internacional de Matemáticas.
Desde 1959 con solo la participación de 7 países en Rumania, inició este importante encuentro en el cual, México ascendió del lugar 33 en el dos mil doce al 19, el año pasado.
Al igual que su lugar en el conjunto se ha mejorado, también la calificación por equipo ha ido al alza; de una puntaje de 62 antes del inicio de este sexenio al 89 el año pasado, aunque lo notable es que cada año, los jóvenes de secundaria mexicanos han traído medallas de oro, plata y bronce.
Por supuesto nombres domo Diego Alonso Roque Montoya o Jorge Garza Vargas, no han tenido el rating mediático logrado por diversos actores de la tan discutida reforma educativa, lo único cierto es que son muchachos de excelencia, al igual que Olga Medrano Martín del Campo de Jalisco; Alka y Jacqueline de Morelos o Marcela Cruz de Campeche, todas ellas ganadoras de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y del respectivo concurso europeo de la materia[1]. ¿Sabía que estos jóvenes se han formado en escuelas públicas?
Cuando la baja auto-estima colectiva se ha oficializado por diversos discursos, sobreviniendo el enojo, la frustración y en el mejor de los casos la tristeza, es por demás importante reconocer que en nuestra juventud hay personas sobresalientes, incluso en materias que tradicionalmente se han considerado ’difíciles’ como sería el caso de la química o la física.
En este último rango estudiantes de la Universidad autónoma de Yucatán, como el caso de Diana Citlali Ávila Padilla, igualmente han regresado con preseas de primer lugar. ¿Por qué no hay un reconocimiento a las autoridades educativas del CINVESTAV -politécnico- que tuvieron el tino de seleccionar a los equipos ganadores en el ámbito internacional?
Mecánica, mecánica de fluidos, electromagnetismo, termodinámica, óptica, y gravitación, son algunos de los temas que estudian nuestro jóvenes mexicanos en centros educativos como la UNAM, la UAM o el Politécnico desde el nivel medio superior ¿Dónde se oculta el duende maligno para que muchos consideren que hay más opciones de desarrollo en el extranjero que en nuestras instituciones reconocidas en muy diversos ámbitos mundiales? ¿Quién nos descalifica, son los padres, los políticos, los extranjeros, los dueños de los negocios privados de la educación? La Olimpiada Internacional de Física 2016 será en esta misma semana en Zurich, Suiza; y para septiembre habrá mexicanos en la ciudad de Carmelo, Uruguay, donde tendrá lugar la olimpiada Iberoamericana.
Una experiencia tan poco difundida, ofrece a los jóvenes mexicanos ganadores y aun los que no alcanzaron alguna presea, no solo la ventaja de aumentar sus habilidades –muchas veces desarrollas de manera autodidacta aunque bien guiadas por sus maestros o entrenadores- sino la de desarrollar diversos factores de convivencia al interactuar con jóvenes de otra cultura, idioma o realidad política y social. ¿Cuantos de estos chicos con inteligencia superior se pierden no solo por el crimen de faltar a la obligación magisterial de llegar al salón de clase, sino por el absurdo de padres que los llevan a gritar consignas, cargar carteles y caminar en marchas? ¿No es una violación elemental a su derechos el arrastrarlos a este tipo de manifestaciones, justificables seguramente pero para nada espacio infantil?
Los veranos ofrecen muy diversas opciones de aprendizaje científico a los niños ¿Alguien ha medido si se les manda ahí como si fuera una guardería o si tal curso se conserva como base de desarrollo futuro en la materia? ¿Bastará una actitud que incluya la curiosidad, la creatividad y el anhelo de desarrollo de parte del educando o será menester que esto sea compartido por padres y maestros? Un ciudadano romano, en los albores de la era cristiana, dijo a los habitantes de Filipo que debían tener una actitud similar a la de su guía. En la carta –Filipenses- que les dirige Saulo oriundo de Tarso, da toda una lista de desafíos, como el no ser egoístas, ni tratar de impresionar, vencer o anular al otro ¿Cuántos de nuestros gobernantes en realidad solo se ocupan de labrarse una buena imagen y para nada piensan, en el caso que nos ocupa, en la suerte de los educandos y sus mentores?
No somos una tierra de ciegos, ni nos merecemos que nos guíen unos tuertos, podemos reconocer que en Oaxaca la norma es la de niños superdotados para la música ¿Por qué entornes su única opción es llegar a la edad adulta rentando un instrumento y pasar la gorrita de la limosna en las plazas de la capital? Cómo podemos pedirle al limosnero de un organillero o a un franelero, que acepte nuestra oferta de trabajo en vez de la informalidad responsable si quien les da una credencial no está dispuesto renunciar a sus privilegios políticos y financiero que dicha relación de dominio les produce?
El conflicto que ha causado tantos daños a terceros y sigue afectado por igual a estudiantes como a maestros en realidad es una guerra de egos donde ninguna de las partes comprende la grandeza de la humildad y los beneficios de dejar de lado canonjías que a final del día no nos llevaremos cuando nuestra ruta termine. ¿Será la incapacidad de entender el perdón la causa de nuestra amargura, enfermedades –emocionales y físicas- y hasta miseria?
Pero aun con la terrible crítica de quienes no entienden lo grande que es México, yo si quiero pecar del orgullo, de sentir que esta patria que nos ha dado lo que somos, cuenta con muchas personas –jóvenes y no tan jóvenes- de excelencia.
[1] Olimpiada Europea de Matemáticas para Niñas (EGMO, pos sus siglas en inglés)
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