1

1,047 vistas

Abril 09, 2023 22:49 hrs.

Raúl De La Rosa › diarioalmomento.com

Educación ›


Desde la explosión de la computación y todas sus disciplinas hemos visto crecer la ya muy amplia y profunda brecha entre ricos y pobres, sea en lo individual, sea en lo colectivo. Varios personajes de las oligarquías nacionales y supranacionales, en más de una ocasión, han mencionado reiteradamente que el acceso a la educación no es un determinante inequívoco para obtener una movilidad social... Y tienen razón... Aunque ello parecería una contradicción en sí misma.

La acumulación de capital y no la adquisición de conocimientos, es la clave para la movilidad social. Si hay capital, habrá educación, pero si hay educación no necesaria habrá capital. Ambos procesos no son complementarios o coronarios el uno del otro, aunque nos parezca absurdo en un principio.

Porque si eso es así entonces ¿para qué invertir en educación, ciencia y tecnología?, puesto que se volvería un despilfarro, pero ello merece un análisis sereno y profundo, tomaremos a México y EEUU como modelos de análisis, no sin antes hacer una retrospectiva.

Hasta los años 1960s, en México, ser universitario era un privilegio y ser profesionista era una importante sucesión de peldaños que garantizaban la movilidad social, además, se podía impactar favorablemente en el desarrollo social, económico y hasta político del país. Pero a partir de los años 1970s y 1980s ello se fue degradando hasta que ya para los años 1990s empezamos a sentir claramente que ser universitario, hombre o mujer, era algo casi voluntario y ser profesionista era una pesada carga para el mercado laboral. Por supuesto que serlo implicaba (todavía) mejores ingresos a ser obrero asalariado, pero no necesariamente si se era obrero especializado o calificado... o burócrata asalariado... y ni qué hablar de formar parte de la delincuencia desorganizada u organizada.

Sí, desde mediados de los años 1980s empezamos a ver con absoluta claridad cómo era que muchos profesionistas, mujeres u hombres, ganaban más ejerciendo un oficio especializado específico o desarrollando una actividad comercial, que ejerciendo su profesión. Lo cual derivó en que muchas personas con título universitario renunciaran al ejercicio profesional para ser taxistas, comerciantes informales o formales, migrantes hacia EEUU, etc. En tanto que en EEUU se mantenía y mantiene el acceso a la educación superior como un peldaño para una pequeña movilidad social.

Y es que el nivel de desempleo y sobre todo, los salarios profesionales en México, no eran (no son) proporcionales con las expectativas creadas o heredadas de la época en que poseer un título universitario impulsaba una invariable movilidad social y un significativo impacto en el desarrollo nacional. Y ese insuficiente binomio de educación superior-movilidad social llegó a tal punto que empezó a afectar a la investigación científica e innovación tecnológica nacional. Aunque parecería que no, si vemos datos duros de México sin análisis profundos, como por ejemplo:
- El Índice Mundial de Innovación 2021, de la OMPI (WIPO por sus siglas en inglés), donde México está arribita de la media tabla (lugar 55 ó 56 en los años 2019, 2020 y 2021), de 132 países medibles;
- Cuánto invirtió México en Ciencia y Tecnología para el año 2022: En el agregado del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), los programas presupuestarios a la función de Ciencia y Tecnología sumaron $ 54,559.15 millones de pesos, un 5.21% más que el año pasado (2021). Destaca el monto asignado al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el PEF 2022, que con $ 7,277 millones de pesos supera en más de un 20% la presupuestación de los cuatro ejercicios anteriores (2018, 2019, 2020 y 2021).

Pero insisto, hay que analizar detenidamente si la educación, la investigación y la innovación han significado para México desarrollo y movilidad social, o no... y porqué sí o porqué no. A diferencia de EEUU donde esos procesos sí generan una pequeña movilidad social y sí determinan su desarrollo social y económico.

¿Qué ha pasado en los últimos 50 años en el mundo y México?

Con el paso del tiempo la evolución tecnológica ha incorporado distintos insumos para mejorar los procesos comerciales en la industria, por ejemplo el uso del agua, la electricidad, la internet y la digitalización, han representado un combustible indispensable en cada etapa tecnológica, destacando la inestabilidad y la velocidad como principales características de la tecnología, debido al constante cambio en los ciclos de vida en productos y servicios (por ejemplo las PC, los "teléfonos inteligentes" o la forma de guardar información digital), en comparación con los mercados tradicionales, los cuales se encuentran en un proceso de estabilidad comercial. Pero no se señala a la educación como un "combustible indispensable", ¿por qué? Bueno, porque las sociedades pueden ser alienadas por los procesos tecnológicos sin que se esté participando en la generación y expansión de los mismos (las fábricas maquiladoras, los "capitales golondrinos", etc.).

En la nueva era del conocimiento y la digitalización, _la propiedad intelectual_ representa uno de los *activos intangibles con alto valor agregado* dentro de la industria, ya que se consideran como uno de los mecanismos necesarios para la comercialización y licenciamiento tecnológico. Las patentes son representadas por un documento técnico, el cual otorga el derecho exclusivo para la explotación comercial de los desarrollos tecnológicos con actividad inventiva, novedad y aplicación industrial para la explotación comercial exclusiva por 20 años, dentro de una región determinada. Asimismo, uno de los ejercicios de mercado dentro de las oficinas de transferencia de tecnología para rastrear una oportunidad comercial, es el estudio de la información técnica disponible en la solicitud de cada patente, como son los códigos de Clasificación Internacional de Patentes (IPC), el nivel de maduración tecnológica descrita en las reivindicaciones por medio del análisis de los distintos experimentos que validaron los resultados obtenidos, conocer el ambiente así como el estrés al que fue sometido y conocer el estado de la técnica. Ésta información permite analizar el comportamiento comercial, por medio de la identificación de dinámicas cambiantes dentro de los segmentos de mercado. Las solicitudes de patente pues, son consideradas como uno de los indicadores más representativos en la industria tecnológica (la tecnología ya es considerada una industria y un mercado en sí misma), ya que éstas contienen información técnica actualizada, la cual permite analizar el comportamiento comercial, por medio de la identificación de dinámicas cambiantes dentro de los segmentos comerciales protegidos.

Y aún con la pandemia de la COVID-19, la industria y mercado de la tecnología NO paró. El 12 de Marzo del año 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia mundial por Coronavirus 2019 (COVID-19) la enfermedad causó graves consecuencias en la salud pública, la economía mundial y en la forma de vivir en todas las sociedades del mundo, aunque de profundidad, intensidad y consecuencias distintas para cada una, por lo que creció la inestabilidad e incertidumbre de la economía global, principalmente por el "confinamiento y cierre temporal (que en muchos casos acabó siendo definitivo) de negocios", aumentando de forma alarmante el desempleo y una sustantiva disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país y del mundo. En consecuencia, el comercio internacional reflejó un déficit económico en el primer semestre del año 2020, que era mucho mayor al que se había vivido en la ’pandemia del año 2008’ provocado por la gripe porcina A H1N1 (que tuvo como origen el municipio de Perote, estado de Veracruz, Mx); con una caída en embarques de hasta el 8%, incluidos los vuelos comerciales de carga y pasajeros que llegaron a caer hasta un 74%. La World Trade Organization (WTO, Organización Mundial de Comercio) estimó que en el año 2020 en el mundo hubo una caída del comercio internacional del 32%, siendo los países exportadores de mercancías los más afectados (y entre éstos, los más perjudicados fueron Sudáfrica, India, México, Noruega y Canadá). Y los más afectados en servicios fueron Italia, Hungría, Rumania, Australia y Portugal.

La inestabilidad generada por "el confinamiento" y pausa del comercio internacional dejó en claro una recesión económica global, debido a la caída de exportaciones, restricciones comerciales, colapso en remesas, etc. Pero particularmente en la región de Latinoamérica los impactos socioeconómicos provocaron consecuencias muy negativas en desempleo y aumento de pobreza y desigualdad social, reflejado con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) regional del -5.3% en promedio, en la actividad económica la caída fue del -5.2% en promedio, lo que conllevó un aumento de la pobreza equivalente, en promedio, al 34.7% y particularmente la pobreza extrema de la región creció alrededor del 13.5%, según la Comisión Económica para América Látina y el Caribe (CEPAL) en su informe del año 2020. ¿Por qué en 9 meses Latinoamérica y México en particular sufrieron tanto el embate de la paralización comercial, si tanto México como Chile estuvieron por arriba de la media tabla en el Índice Mundial de Innovación Global 2021? Por la desigualdad social regional. La profunda y amplia desigualdad social interna de cada país de la región y de ésta con respecto a Norteamérica, Europa, Asia-Pacífico y gran parte de Oceanía. Incluso de una parte importante del Medio Oriente. Es decir, Latinoamérica es la región donde existe la mayor desigualdad social del mundo. Y México es uno de los tres países más desiguales del mundo en los últimos 100 años. Sí, con todo y Revolución de 1910, "Milagro Azteca", el auge petrolero y del hoy T-MEC (ayer TLC)... y con todo e importantes inversiones gubernamentales en educación, en investigación e innovación. En 100 años México no ha podido revertir que el 10% de su población concentre casi el 80% de la riqueza nacional. Más aún, el 50% del total de las y los mexicanos, juntos, apenas logramos acumular la riqueza de las 500 familias más ricas de México. Es decir, un 10% de la población de México es 30 veces más rico que el 53% de la población nacional. Más aún, el 2% de la población total concentra el 60% de todos los ingresos del país, es decir, de cada $ 10 que circulan en Mx, el 2% de la población es dueña de $ 6 pesos. En tanto que el 53% del total de la población mexicana, los más pobres, sólo concentran $ 2 de esos $ 10 pesos circulantes.

Pero culminando con la globalización de la economía del conocimiento, en algunas organizaciones a nivel internacional la transferencia de tecnología es fundamental para incentivar la económica nacional de cada país y por ende, mundial. Desafortunadamente durante la pandemia se impusieron bloqueos comerciales por medio de la propiedad industrial que imposibilitaron el desarrollo de productos esenciales (vacunas, respiradores médicos, etc.). En plena inestabilidad e incertidumbre económica y social internacional, la comunidad científica en universidades, centros de investigación y algunas empresas iniciaron una carrera para desarrollar soluciones que mitigaran la problemática generada por la COVID-19 y así garantizar la protección de sus inventos e innovaciones por medio de solicitudes de patente que permitían explotar o comercializar los conocimientos generados. Pero ahora, empezamos a poder analizar cuáles fueron los retrocesos y avances de cada país, dónde se concentraron éstos y qué áreas sociales, políticas y económicas se encuentran vinculadas por la interdependencia nacional, regional e internacional.

En éste sentido, la búsqueda y el análisis de información de solicitudes de patente por medio de filtros y dosificadores específicos, permite identificar aquellas invenciones con alto valor añadido ya sea por alcance de protección o distinguir alguna estrategia de bloqueo comercial, como sucede con las empresas farmacéuticas, lo cual representa una ventaja competitiva para la gestión de proyectos de investigación y desarrollo tecnológico en comparación con aquellas organizaciones que no lo implementan. La vigilancia tecnológica es una herramienta de muchas otras, que sirven para identificar información actualizada que facilita la toma de decisiones basadas en oportunidades comerciales.

Por lo tanto es indispensable desarrollar un análisis del comportamiento de las principales industrias internacionales que reclamaron una solución técnica ante la problemática internacional de la pandemia de la COVID-19, con estudios de segmentos de patente, cuando menos de los más representativos.

Pero eso sólo nos arrojará una conclusión. Los siempre ricos del planeta son los mismos y ahora son más ricos y los pobres del planeta son más demográfica, económica y socialmente.

VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

Educación Superior, investigación científica e innovación tecnológica, ¿Para Qué?

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.