El Suspeg, la elección que viene

El SUSPEG se encuentra a punto de arrancar su proceso de selección y definición de su candidato o candidata, a dirigir la Secretaría General, que hoy encabeza David Martínez Mastache.
A estas alturas varios han hecho saber su deseo de participar.
Pero antes de que se emocionen, habrá que destacar que será necesario poseer un liderazgo capaz de mantener unida a la base trabajadora de ese gremio.
Esto es así porque con el futuro gobierno de Guerrero y el anuncio de que desaparecerán los OPDs, es de esperar que se avecine un claro rechazo sindical, porque como es lógico, los trabajadores se opondrán a esta decisión. Difícil será que acepten sin chistar.
Por eso va a ser necesario que quien encabece la dirigencia sindical debe ser capaz de ponerse al frente de los intereses de los trabajadores y saber negociar con las autoridades para defender sus espacios y sus conquistas.
Para eso se requiere experiencia y capacidad política.
Hasta el momento, los gremios sindicalistas se han visto mermados en su margen de acción para buscar mayores beneficios laborales, debido a la reducción del presupuesto por parte de las autoridades federales, y porque existe un descrédito de algunos sindicatos otrora poderosos, como el de Pemex cuyo líder, Carlos Romero Deschamps, representaba la encarnación de la corrupción.
Aunque la candidata electa ha sido muy prudente en sus anuncios, su papá insiste en la desaparición de las OPDs. Parece que no ha pensado en el encontronazo que esto generará con el sindicato más fuerte de Guerrero, pues cuenta con 25 mil afiliados.
Porque tal como hace el anuncio Félix Salgado Macedonio, suena a violación de los derechos de los trabajadores.
Siempre será mejor escuchar a Evelyn, por la prudencia de sus mensajes.
Porque está claro que las OPDs no pueden desaparecer de un plumazo.
Como dice la gobernadora electa, se debe analizar con profundidad el sentido y espíritu jurídico para el que fueron creados y a partir de ello, determinar si mantienen vigencia o ya no tienen razón de ser.
Además, se debe valorar el daño jurídico y económico que le generarían litigios de más de 5 mil trabajadores de esos organismos.
¿Será que el Toro está decidido a torear estos futuros pleitos laborales, después de las movilizaciones y bloqueos que se pueden generar?
Volviendo al SUSPEG y a su elección, es necesario que quién pretenda dirigirlo deba hacerse un autoanálisis para valorar si de verdad conoce las necesidades, carencias, fortalezas y soluciones para brindar las mejores respuestas a sus afiliados.
Porque decir que conoce al SUSPEG desde la posición cómoda del reparto de cuotas sindicales, es engañar al gremio y engañarse a sí mismo.
Tampoco pueden buscar ser elegidos por los jerarcas sindicales ni por poderes externos al sindicato, contrario a la democracia.
Uno de los conocimientos que ofrece la experiencia sindical es que no funciona aquel que grita y patea la puerta como bárbaro, sino aquel que apela al consenso, al acuerdo, al respeto mutuo entre la clase trabajadora y los gobernantes.
Por derecho, los 25 mil agremiados suspegistas, estatutariamente tienen derecho de participar como aspirantes, pero solo podrán hacerlo quienes sepan construir un equipo sólido que mezcle experiencia con ideas nuevas y cierren el paso a quiénes pretenden apoderarse del SUSPEG sólo por ambición económica y de poder, sin ningún compromiso con la defensa laboral y la lucha sindical.
Será el 15 de octubre cuando se emita la convocatoria y el 30 de noviembre cuando se desarrolle la elección interna del Suspeg, un ejercicio democrático que hasta ahora no ha sido manchado por manos externas.