1

3,680 vistas

Octubre 01, 2018 20:10 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›


A juzgar por los militantes inscritos en el Partido Acción Nacional para la presidencia de ese instituto político, se pronostican más deterioro que logros en su quehacer partidista y más derrotas que victorias en las urnas.
Lo que sucede en el PAN, o lo que queda de ese partido es previsible. Tan previsible como será su destino si gana Marko Cortés, quien será una especie de Ricardo Anaya deslactosado y con más tropiezos que aciertos. No se requiere ser adivino para saber lo que sucederá con este personaje que no ha podido demostrar que puede ser siquiera buen legislador y menos aún conducir a la bancada de su partido en la Cámara de Diputados.
Amigo de Anaya, por lo tanto compañero del hombre de la sonrisa injustificada Damián Zepeda, será poco lo que pueda hacer por su partido y poco menos lo que podrá aportar. Hay un grupo de militantes panistas que consideran que llegar a la presidencia de su partido es un fin en sí mismo, y cuando llegan desconocen las tareas que deben realizar, así lo demostró Anaya y Zepeda, seguramente sucederá lo mismo con Marko, porque el otro contrincante, Manuel Gómez Morín Martínez del Río, que también forma parte de los previsibles, no es muy aceptado al interior de ese partido.
A Cortés Mendoza los apoyan Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla y Miguel Ángel Yunes Márquez, ex candidato a la gubernatura de Veracruz; Juan Manuel Oliva, ex gobernador de Guanajuato; Ricardo Anaya, Damián Zepeda, y Jorge Romero, ex delegado en Benito Juárez y cacique del panismo en la Ciudad de México. Una planilla poco transparente.
Gómez Morín Martínez es apoyado por Fernando Canales Clariond, ex gobernador de Nuevo León; Gabriela Ruiz del Rincón, familiar de Manuel Clouthier; Jesús Galván y Manuel Ovalle.
Sin embargo, Gómez Morín Martínez del Río a pesar de considerar públicamente que PAN se convirtió en el partido de los pactos, los trueques y los acuerdos por posiciones, los moches y el diezmo, tiene un antecedente que seguramente pesará mucho en su campaña hacia la presidencia de su partido, a pesar de ser nieto de uno de los fundadores.
Gómez Morín estuvo a punto de ser expulsado del PAN, pero lo salvó Ricardo Anaya al ver que era de lo poco que quedaba de los fundadores de ese partido. De tal suerte que gane quien gane la presidencia de la República será influido y deberá pagarle facturas al ex presidenciable, Ricardo Anaya. Esto hace de cualquier intento de caminar del PAN como un retroceso hacia las épocas más grises de Anaya, incluyendo su propia campaña de proselitismo que terminó en un verdadero fracaso, al intentar realizarla a través de redes sociales en lugar de ensuciarse los zapatos en recorridos reales.
El actual presidente interino de ese partido no contribuye en nada al fortalecimiento del PAN, en lugar de mirar hacia adentro y realizar una operación cicatriz, aprovecha los pocos reflectores que puede arrebatar su protagonismo para descalificar al próximo gobierno, con especulaciones y basado en simples conjeturas.
Lo que suceda en el PAN es previsible, sea quien fuere su nuevo presidente, el resto de los partidos sabe que habrá mucho de improvisación y muy poco de política, casi nada.


VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

El PAN se plagia a sí mismo

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.