Empresas víctimas del pasado

Nada hay que pueda convencerme de que Morena y los morenistas son personas de buenas intenciones.
Salvo la verdad fehaciente de un cambio drástico de rumbo, lejos de ser operado. De acuerdo con sus hechos y con la percepción de mis sentidos, es un partido ideado para conducir a México a la dictadura y en sólo siete años, sus dos últimos mandatarios lograron un avance impresionante hacia esa meta, en la cual involucraron a las organizaciones criminales.

El ex Presidente ideó desaparecer instituciones exitosas, que funcionaban con grandes aciertos y con fallas, algunas de las cuales sustituyó con las que serían ejemplo de operatividad.

Entre otras, la denominada Seguridad Alimentaria Mexicana, mejor conocida por las siglas Segalmex, que confió a su antiguo Benefactor, Ignacio Ovalle Fernández, quien lo acogió cuando apenas contaba con 23 años, en el Instituto Nacional Indigenista, en 1977.

En 1988, durante el gobierno de Carlos Salinas, Ovalle Fernández estuvo al frente de Conasupo, empresa en la que incurrió en graves irregularidades, como la adquisición de maíz amarillo para puercos, que se destinaría al consumo humano y en la adquisición de leche contaminada. Lo recuerdo en la Cámara de Diputados profundamente preocupado por librar un fraude y… logró este cometido.

Pese a esta historia, el ex presidente parece haber concebido ponerlo a dirigir Segalmex, una corporación similar a la que había defraudado, con un propósito bien definido: pagarle el favor de su juventud y exprimir a la institución, o al nuevo organismo descentralizado, cuyo objetivo era alcanzar la autosuficiencia alimentaria para apoyar a pequeños productores.

El fraude cometido fue, de acuerdo con algunos, de 15 mil millones de pesos. Tuvo una sonoridad espectacular, acrecentada por el libro de los periodistas Georgina Zerega y Zedryk Raziel, denominado Licencia para Robar.

Segalmex. Por esta razón, la Presidenta Sheinbaum decidió fusionarla con Diconsa, para dar paso a una nueva institución con el nombre de Alimentación para el Bienestar, Con María Luisa Albores González a la cabeza.
Curiosamente, el organismo comenzó a trabajar apegado a la legalidad en detalles mínimos, como pocas veces se ha visto durante los últimos años. Con una transparencia que sorprende y con toda limpieza.
Lo anterior trae a colación la participación de empresas que han ganado mala fama por ser preferidas, pero no por tener componendas, sino por haber demostrado ser infalibles en los tratos, en la puntualidad para la entrega de las mercancías y en el cumplimiento estricto de su trabajo.
Parece imposible, pero después del tamaño del otro fraude, el nuevo funcionario debe haber escuchado la lectura de la cartilla con mucho esmero.
Las compañías que se han destacado también han sido investigadas por Mexicanos Contra la Corrupción y señaladas de ’fantasmas’, por la fama creada por los morenistas, de entregar contratos sin licitar.
No obstante, la misma sustituta de Segalmex ha desmentido que haya entregado contratos por dos mil millones de pesos a las denominadas Konkistolo, Abastemade y Todólogos.com.
Sólo existe una investigación hecha con imaginación, para inculpar a varias empresas que, se dice, están ligadas y con supuestas direcciones fiscales falsas.

La misma Auditoría Superior de la Federación, en su cédula de resultados finales, permitió sostener relaciones comerciales con ellas y con otras, porque ninguna está sancionada ni hay elementos para ello.

Todo indica que un grupo de factorías serias ha sido víctima de la mala fama que de todas formas creo el ex Presidente, cuando decidió otorgar contratos de compra-venta de diferentes artículos sin licitar y a firmas creadas de la noche a la mañana, con direcciones inexistentes o tomadas al azar, de amigos de Morena, de familiares y de toda esa mañana de corrupción de su propia creación.

Estas empresas afectadas ahora por señalamientos inapropiados, sufren afectaciones por culpa del ex mandatario, que hasta en eso hizo daño.
ariosruiz@gmail.com