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Noviembre 03, 2015 16:42 hrs.

Mercedes Arancibia › diarioalmomento.com

Política ›


El primer gran Museo del Gulag1 soviético ha abierto sus puertas el viernes 30 de octubre de 2015 en Moscú, cuando están a punto de cumplirse 25 años del hundimiento de la Unión Soviética. Un ejercicio de memoria necesario, si bien parcial “porque las colecciones se paran en 1958” ignorando los campos políticos que existieron hasta el final de la URSS, escriben en la página web del canal internacional France 24.

Puertas oxidadas, hierros con púas, muros siniestros, ventanas condenadas… en el museo del terror estalinista todo recuerda el ambiente angustioso del Gulag: 2500 fotografías, testimonios, objetos personales y documentos históricos. En un edificio que ocupa cuatro plantas y en la obscuridad más absoluta, los visitantes escuchan sonidos de cerrojos que se cierran y ladridos de perros guardianes.

También pueden contemplar el mapa del “archipiélago del Gulag”, una inmensa red de campos de internamiento donde, entre 1930 y 1956, fueron enviados a pudrirse veinte millones de detenidos soviéticos, desde el de Solovki en el norte hasta el de Kolyma en el extremo oriental del país. La cifra la proporciona Galina Ivanova, directora científica adjunta del Museo y autora de una monografía sobre el tema. “Tras la muerte de Stalin los campos no desaparecieron, pero el número de presos políticos dejó de contarse por millones”, explica Ivanova.

Añade que “en el imaginario colectivo, escriben en la página de Internet del canal I24News, Stalin sigue siendo la mayor personalidad de la reciente historia rusa. Uno de cada dos habitantes del país estima que la política del ‘padrecito del pueblo’ fue un mal necesario para la realización de los grandes objetivos de la URSS”.

“Sin duda, este Museo del Gulag es algo positivo, pero la situación sigue siendo ambigua”, señala Ian Ratchinski, copresidente de Memorial, una ONG que defiende los derechos humanos, “por una parte, Vladimir Putin denuncia el terror estalinista y por otra el Ministerio de Cultura autoriza la construcción de monumentos dedicados a Stalin”. Y, como ejemplo los dos bustos y el momento inaugurados en los últimos meses por el Partido Comunista, mientras en 2014 las autoridades de la región de los Urales cerraban el museo en que se había transformado el último campo de internamiento de presos políticos, el famoso Perm-36.

“Necesitábamos esta exposición, no solo para las generaciones anteriores que sobrevivieron a esa época ; también para los jóvenes, para que conozcan ese período de nuestra historia y lo recuerden”, ha dicho a la Agencia France-Presse uno de los primeros visitantes del Museo del Gulag. Unas pantallas interactivas explican la historia de los detenidos y sus familias, así como la de sus guardianes. “En su apogeo, en 1937, el terror alcanzó a todos y cada uno de los soviéticos; todo el mundo era víctima, delator o guardián”.

El Gulag es el organismo central que gestionaba los campos de trabajos forzados en la Unión Soviética. El término gulag es un acrónimo de “Administración principal de los campos” en ruso. El organismo se creó en julio de 1934, cuando se reorganizó la GPU (segundo nombre oficial de la policía estatal de la URRS entre 1922 y 1934), absorbida posteriormente por la NKVD, transformada en 1946 en Ministerio de Asuntos Interiores.

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Inaugurado en Moscú el Gran Museo del Gulag

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