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Febrero 26, 2014 11:45 hrs.

Nemesio Rodríguez Lois › diarioalmomento.com

Religión ›


Fue en el mes de diciembre de 2010 cuando la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos le concedió el grado de venerable a dos recientes pontífices de la Iglesia católica: Pío XII y Juan Pablo II.

La beatificación de Pío XII
La declaración de venerable significa que la Iglesia reconoce que el candidato a los altares ha practicado todas las virtudes en grado heroico, que se le puede invocar el privado y que –en el momento en que se le compruebe un milagro- de inmediato es declarado beato.

Una vez beatificado, si el personaje realiza otro milagro, se procede a canonizarlo.

Todos conocemos la historia por tratarse de algo reciente: a las pocas semanas se le aprobó un milagro al venerable Juan Pablo II lo cual fue causa de su beatificación el 1 de mayo de 2011.

El resto de la historia es del dominio público: los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II serán canonizados el cada vez más próximo 27 de abril.

Pues bien, debido a la rapidez de los acontecimientos, vemos a un Pío XII rezagado ante un Juan Pablo II a pesar de que ambos fueron declarados venerables en el mismo mes del mismo año.

Y ahora se nos anuncia que el Papa Francisco ha decidido detener el proceso de beatificación de Pío XII hasta que no se aclaren algunos puntos.

¿Significa esto que la figura del venerable Pío XII no goza de las simpatías del Papa Francisco?

Quien no esté al tanto de lo que ocurre en Roma y desconozca el entorno en que se desarrolló el pontificado de Pío XII puede caer en la tentación de prestar oído a rumores tendenciosos.

Empezaremos diciendo que cuando la Iglesia declara por voz del Papa hablando “ex cathedra” que un bienaventurado está en el cielo (esto es canonizar) lo hace porque está firmemente convencida de que ninguna falta se le puede achacar.

De este modo la Iglesia quiere evitar que la acusen de que fabrica santos al vapor, movida por una falsa piedad popular y sin estudiar a fondo los expedientes.

La Iglesia, haciendo gala de una prudencia de siglos, prefiere hacer las cosas bien y pisar sobre terreno firme aunque –como suele ocurrir- tenga que esperar siglos…

El caso es que a la egregia figura de Pío XII ha sido calumniada con tal saña que muchos –sin estudiar ni razonar- se tragan fácilmente el cuento de que dicho Papa colaboró con Hitler en el holocausto que padeció el pueblo judío.

Y como dicha afirmación es calumniosa, el Papa Francisco ha decidido que se abran los archivos del Vaticano y que los consulte todo aquel que desee conocer cómo fue la vida y pontificado del Papa Pacelli.

A quienes estudien con seriedad los expedientes que se encuentran en los archivos, es probable que les pase lo que le pasó al historiador protestante Ludovico Pastor quien, deseando encontrar argumentos contra la Iglesia, se metió a investigar y fue tal su sorpresa que acabó no solamente defendiendo a la Iglesia que pretendía atacar sino convirtiéndose al catolicismo.

Estamos seguros de que eso habrá de ocurrirle a quienes –con espíritu científico y buena fe- se decidan a estudiar todo lo relativo a Pío XII.

No solamente se convencerán de que Pío XII nada tuvo que ver con las matanzas decretadas por los nazis sino que fue uno de quienes más se opusieron a ellas llegando al grado de salvarles la vida a miles de judíos.

Esa y no otra es la razón por la cual el Papa Francisco ha decidido interrumpir –que no es lo mismo que suspender- el proceso de beatificación de Pío XII.

Una vez que la gente se desengañe y que el tiempo ponga a cada quien en su lugar, el proceso habrá de continuar.

Sin embargo y con el objeto de ampliar este comentario, les prometemos a nuestros amigos lectores hablar acerca de todo el bien que Pío XII hizo en favor del perseguido pueblo judío.

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Interrumpe el Papa Francisco la beatificación de Pío XII

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