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Julio 10, 2020 02:35 hrs.

Raúl Ávila Espinosa › diarioalmomento.com

Medio ambiente ›


A medida que las personas, empresas y gobiernos están cambiando sus comportamientos y se promueve un distanciamiento social para evitar una mayor propagación del COVID-19, también se han producido efectos graves indirectos en el medio ambiente.

Este 2020 han sido un año que quedará marcado en la historia, ya que el planeta Tierra ha sido el escenario de una serie de fenómenos naturales devastadores, y es el calentamiento global, los incendios forestales y la pandemia del coronavirus, que resultan amenazantes tanto para la humanidad como para el resto de seres vivos que habitan en el globo terráqueo. La pandemia del coronavirus nos ha dado una idea de cómo podría ser nuestro mundo si tomáramos los audaces pasos necesarios para frenar el cambio climático y la contaminación.

Investigaciones científicas internacionales han apuntado que el COVID-19 se propaga con rapidez y gravedad en entornos de elevada contaminación atmosférica, así lo expuso en entrevista, el doctor Enrique Vera Meza, Catedrático de Clínica y Epidemiólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Aseguró que la calidad del aire, especialmente en núcleos urbanos, tiene que tenerse en cuenta como una medida más de prevención de epidemias.

El médico cirujano considera que la contaminación es el cuarto factor de riesgo de mortalidad en el mundo y detalla que 9 de cada 10 personas respiran habitualmente aire de mala calidad, causante de millones de muertes anuales. En los días de alta contaminación ’aumentan los ingresos hospitalarios, las consultas médicas y las atenciones en urgencias, especialmente de los enfermos con patologías respiratorias crónicas’, señaló.

El medio ambiente causante de alteraciones en la salud como el ruido, la contaminación, la calidad del agua o el exceso de químicos en la vida pueden ser causantes del deterioro en el organismo, como problemas pulmonares y cardíacos, entre otros. En este tipo de polución ambiental se incluyen partículas en suspensión de dióxido de carbono, dióxido de azufre y ozono; contaminantes comunes que respiramos en el aire; lo anterior, provoca que el coronavirus se propague más rápido y de manera más grave, afirmó Vera Meza.

Sobre por qué el COVID-19 no es realmente tan bueno para el medio ambiente, el doctor Vera explicó que los datos son contundentes: la pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 (dióxido de carbono) de la que se tenga registro en la historia. ’Ninguna guerra, ninguna recesión, ninguna otra pandemia, ha tenido un impacto tan dramático en las emisiones de CO2 durante el último siglo como el que ha logrado el COVID-19 en pocos meses’.

Aún en semáforo rojo de la pandemia del COVID-19, los expertos ya se plantean cuáles son las directrices a seguir en materia de medio ambiente una vez superada la crisis actual. Todos coinciden de manera clara: ’la mejor vacuna para el futuro es proteger a la naturaleza y la biodiversidad y es el mejor seguro de vida que podemos encontrar’, sostuvo el especialista.

El galeno sostuvo que los impactos a la salud por la contaminación del aire, van desde muerte prematura, sobrepeso y obeso infarto cerebral, enfermedades respiratorias y cardíacas, varios tipos de cáncer, asma, enfermedad pulmonar obstructiva, hasta efectos menos graves pero más comunes como malestares respiratorios, dolor de cabeza, mareo, irritación e inflamación de ojos.

El doctor Vera exhortó a la población a tomar todas las recomendaciones del sector salud: lavarse las manos constantemente, necesario usar cubre bocas cuando salen a la calle, evitar contacto con personas a una distancia de metro y medio, aplicación de antibacterial en todo momento; no tocarse los ojos, la nariz y la boca sin haberse lavado las manos y aplicarse desinfectante. Hay que tomar en cuenta que los adultos mayores y las personas con afecciones subyacentes graves, como enfermedades cardíacas, pulmonares o diabetes, tienen mayor riesgo de presentar complicaciones graves a cauda del COVID-19. Esta recomendación también es para los jóvenes, quienes no son inmunes a esta pandemia, concluyó.

Las afectaciones a la población por la contaminación es una de las presiones más considerables que mantiene en el colapso el sistema de salud pública. Ante esta situación, actualmente, los tres niveles de gobierno de México, realizan acciones para atender la crisis del medio ambiente que persiste desde hace décadas en varias ciudades del país y con ello garantizar la cobertura sanitaria de la población.

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La contaminación ambiental favorece la propagación del COVID-19

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