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Octubre 16, 2019 20:47 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›




La oposición ha adoptado medidas sistemáticamente críticas sobre el gobierno, como si fuera la única actividad que deben realizar.

En esa adición a la crítica olvidan ver hacia adentro, sobre todo cuando se trata de reconstruir su propia estructura, por ejemplo las declaraciones del coordinador de los senadores del PAN, Mauricio Kuri, respecto a los lamentables hechos de Aguililla, Michoacán, donde murieron 14 policías estatales, hacen que en su boca suene a autoflagelación.

Ante esta masacre de policías el panista afirma que los delincuentes están envalentonados porque ven un gobierno chico, si el gobierno es chico, la oposición entonces es microscópica. No conviene hablar de un modelo político cuantitativo, porque si ven su capital político encontramos que su pobreza se convierte poco a poco en miseria.

El PAN se ha dado a la tarea de cazar afiliados a través de las redes sociales, su objetivo son los jóvenes principalmente, saben que los adultos no creen en ellos: nunca volverán a creer en ese partido mientras sostengan a una persona al frente que desconoce el oficio de líder y que sólo está ahí como requisito burocrático. La búsqueda desesperada de afiliados no ha tenido ningún éxito. Los jóvenes del país ven correos y mensajes en sus teléfonos que les estorban. El PAN no está para experimentar, no antes de hacer un examen de conciencia profundo y serio sobre la derrota electoral que sufrieron hace más de un año, y sobre la cual no han reflexionado ni un minuto, o por lo menos eso parece. Nadie puede seguir compitiendo cuando padece una grave herida que les impide moverse y esa es la situación de un PAN que lejos de resarcir sus heridas las ha profundizado con la improvisación que emana de su cúpula y dedica todo el espacio con el que cuenta para cuestionar sin proponer absolutamente nada.

La oposición de derecha está vacía por el momento, se ha desmoronado, a pesar de que tiene en las consignas de su contraparte la posibilidad de hacer alianzas con los conservadores, sobre todo con las iglesias, de todas marcas y colores que les han dado la espalda ante tantos palos de ciego.

Temas como el aborto, el matrimonio igualitario o la adopción por parejas del mismo sexo, mejor unificó a las iglesias antes de integrarse a los esquemas políticos de un PAN que ha perdido la brújula de la derecha por deslumbrarse hasta la ceguera, con el faro de la izquierda.

De ahí que la crítica del coordinador parlamentario en el Senado sobre el gobierno los deja peor que antes de abrir la boca. Porque si hay gobierno chico, la oposición es menor, pudiendo ser mayor, sobre todo cuando el gobierno está sometido a un fuego permanente de partidos que, como el PAN, sólo quieren convertirse en críticos como si fuese ese el único rol de una oposición madura y responsable.

La derecha se queda sin liderazgo y el desaire de los jóvenes en esta campaña inútil, así lo demuestra. Los números exactos los tiene el PAN, deberá también hacer un examen de conciencia sobre la estrategia mal planteada para hacerse de militantes y simpatizantes.

En un país donde la lucha de clases se ha disfrazado desde hace siglos entre liberales y conservadores, éstos últimos parecieran haberse dado por vencidos.

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La derecha sin PAN

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