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Marzo 02, 2023 22:15 hrs.

Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com

Política ›


El dirigente Nacional de Morena, Mario Delgado, lanzó una petición absurda e insensata. Pidió que se investigue al ex presidente Felipe Calderón y quitar el registro al Partido Acción Nacional, por el resultado del juicio a Genaro García Luna en Nueva York, en el que fue encontrado culpable de varios cargos.
Habla como si el PAN hubiera sido el instigador de sus actos o una especie de escuela en la cual se forman los peores delincuentes. ¿Qué tiene que ver este partido con los procederes de sus miembros? A Mario lo mueve más el deseo de recibir una sonrisa de su amo y señor. Sabe que el patrón desearía con toda su alma, ver al michoacano tras las rejas, porque se adueñó de su presidencia.
A quienes tienen la inteligencia donde acaba la espalda, como el dirigente de Morena, les llaman ’glúteos veloces’. Están atentos a cualquier acontecimiento que les permita imitar al mandatario o adivinar sus deseos, para lanzar lo más rápido posible, palabras sandias y huecas, pero que pueden tener un efecto de agradecimiento a su favor. Como el caso del juicio.
Hace dos años, el Presidente ordenó una votación ciudadana para llevar a cinco ex presidentes a juicio, entre los que figuraba, obviamente, el más odiado. Hubo una gran expectativa ciudadana, aunque a la hora de la verdad, acudió a las urnas instaladas a lo largo y ancho del territorio nacional, sólo siete por ciento a dejar su voto. Remotamente lejos del 40 que se requería.
Pero Mario Delgado cojea de la misma pata que sus correligionarios, entre quienes da demasiado trabajo encontrar a uno que evidencie inteligencia siquiera normal. Como la diputada Bennelly Jocabeth Hernández Rueda, quien propuso aumentar la multa por injurias al Presidente. Pero no pensó en las multas al alto funcionario por agraviar todos los días a quienes considera sus enemigos.
El Ejecutivo tenía el derecho, en 2021 que se llevó a cabo el ejercicio para enjuiciar a los ex presidentes, de realizar acusaciones con todos los elementos que le da la ley. Sin embargo, prefirió hacerlo de otra manera, que dejó evidenciada la poca, la casi nula importancia que la ciudadanía confirió a su intención.
García Luna fue sometido a deliberaciones judiciales en Estados Unidos, en donde se le acusó de la comisión de diversos delitos, cuando fungió como el superpolicía del entonces Presidente, Felipe Calderón, tiempo durante el cual se coludió con diversos grupos de narcotraficantes. No obstante, no basta que el dirigente de Morena proponga persecuciones necias.
Esto significaría que el amigo o el hermano de un delincuente puedan ser perseguidos y encarcelados sólo por el hecho de serlo. Significaría que hasta un santo podría sufrir los embates de la ley, sólo porque el hermano anda en malos pasos. Sería como pretender castigar a una familia completa, acusada de atender indebidamente la formación del hijo. No acabarían nunca las autoridades, de enjuiciar a los millones de delincuentes que hay en México.
¿Por qué no mejor empezar un juicio en contra de Calderón? Aunque habría que investigar primero si participó en los ilícitos que ni siquiera menciona el dirigente. Luego presentar una denuncia formal ante la autoridad competente y después instar a que se inicie el proceso. Eso sí puede hacerse, en lugar de actuar a ciegas, sólo por la ocurrencia de un político de poco alcance intelectual.
Pero en todo caso, también tendría que aceptar una investigación en su contra, por lo escrito en el libro El rey del cash, de que él mismo participó en un asunto con aportaciones de dinero en efectivo en 2006, para la campaña del jefe máximo a la Presidencia de la República. Que obviamente negó.
Bautizó al PAN como una organización más criminal que política. Se mordió la lengua por no advertir que, en lo que va del sexenio, hay más de 140 mil muertos por una política equivocada de combate a los criminales y casi 400 mil niños de cáncer, por falta de medicinas. Los feminicidios ni siquiera causan la menor molestia, ni al Presidente ni a las autoridades encargadas de procurar justicia. Los desaparecidos están demasiado bien desaparecidos para investigar la causa.
ariosruiz@gmail.com

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La insensata petición de Mario

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