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Junio 27, 2023 22:38 hrs.
Raúl De La Rosa › diarioalmomento.com
Política ›
Como podemos observar la IA representa un enorme potencial en la medicina. Nos lo demuestran los registros médicos. Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75% de las muertes en Latinoamérica y el Caribe (LAyC) son atribuibles a enfermedades crónicas, un aumento de casi 30 puntos porcentuales con respecto a los mismos datos del año 1990. Ésta situación aumenta también el costo de la atención en salud y, por ende, impacta en las finanzas de los pacientes. Con el aumento de la carga en el sistema de salud, viene un aumento en el costo médico, por lo tanto, para controlar los niveles de gasto público en salud se requiere que la población pague más de su bolsillo. Y eso es tanto un problema financiero como socio-político para los Estados-nación.
Sólo 06 países de América tienen niveles de gasto directo de las familias inferiores al 20% del gasto total en salud, cifra que, según la OMS, protege a sus poblaciones contra el riesgo de empobrecimiento o gastos en salud catastróficos, que es el punto nodal desde la óptica económica. En América, sobre todo en la región iberofónica y el Caribe, según datos de 2014, Cuba es el país de la región que más invertía en sus servicios públicos de salud, con más del 10% de su PIB; seguido por EEUU, con algo más del 8%. Uruguay logra alcanzar el 06%, seguido muy de cerca por Panamá, que no obstante no logra cumplir con la recomendación de la OMS (al menos el 5% del PIB). Por otro lado, los países de América Latina que menos invierten en salud son Haití y Venezuela, con menos del 2% de su PIB. En promedio, los países de LAyC dedican un 59% a los esquemas gubernamentales y de seguros obligatorios, y el 41% restante se destina a pagos de bolsillo, planes de pago voluntario y recursos externos. En promedio, entre el 2010 y el 2017, la tasa de crecimiento del gasto per cápita en salud fue de 3.6% anual en LAyC, superior al 3% del Producto Interno Bruto (PIB). El crecimiento del gasto en salud fue más acelerado en Nicaragua, Bolivia y Paraguay, más del doble de la tasa promedio de la región. Venezuela reportó tasas decrecientes en el gasto corriente de salud en el período.
Y es la tensión en la atención primaria de la salud, la más deficiente, aunque es claro que se podría reducir en gran medida mediante la optimización de los procesos administrativos relacionados con la detección preventiva, la inmunización, las referencias y los sistemas de citas, entre otros.
Y es desde ahí donde la IA ofrece oportunidades de mejora en el sistema de salud, más allá de la automatización de tareas. La IA puede ayudar con la planificación, el diagnóstico y el pronóstico de los pacientes, logrando que la atención médica sea más eficiente, pues no solo reduce costos, sino que también permite el análisis remoto de resultados, lo que redunda en una mejor distribución de los servicios de atención médica. La telemedicina permite a los pacientes ponerse en contacto con los proveedores de atención médica de forma virtual y ofrece una alternativa para las visitas presenciales. Al servir como la puerta de entrada de la medicina, ofrece una alternativa para los entornos de atención de alto costo o para los pacientes que tienen que hacer viajes muy largos para llegar a los centros de salud. El uso de las capacidades de la IA en un entorno de telemedicina ayuda a reducir la carga en el personal clínico, lo que tiene un alto impacto en una mayor dedicación al cuidado de los pacientes. Y ya hay brecha en ello, un ejemplo del avance de la telemedicina se presenta en Uruguay, en donde hace más de una década cuenta con la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic) que impulsa la historia clínica electrónica en el Sistema Nacional Integrado de Salud, interoperable entre instituciones y en todo el territorio. Vale la pena revisarlo con detenimiento.
Uno de los aspectos críticos para el éxito en la digitalización de la atención médica utilizando la IA y la telemedicina es contar con una infraestructura adecuada, para lo cual son esenciales las inversiones iniciales que deben establecerse, preferiblemente, en combinación con socios especialistas que permitan garantizar la compatibilidad en todos los sistemas. Una infraestructura de datos común podría ayudar a facilitar la capacitación y la implementación.
Además, para que la telemedicina y la IA tengan éxito en la práctica clínica, las regulaciones deben permitir el uso óptimo de un modelo que considere la cobertura de este tipo de atención, así como las licencias y responsabilidad médicas. Es decir, se requiere de que los servicios públicos y privados de salud, caminen en el mismo sentido y ritmo.
Entendiendo que hay dos factores claves relacionados con la financiación que son importantes para asegurar un enfoque sostenible:
I) Relacionado con el proveedor médico, para quien debe haber un incentivo financiero para implementar la IA y la telemedicina.
II) Tiene que ver con los pacientes, para quienes la telemedicina debe ser financieramente atractiva, y tener unos costos similares a la atención habitual.
La educación debe ser la base de cualquier enfoque de implementación de la telemedicina y la IA, tanto para el personal sanitario como para los pacientes. Por lo que se recomienda que todo el personal médico reciba formación sobre cómo utilizar las herramientas y el software de IA, además de capacitarse en la comunicación con los pacientes a través de un medio electrónico. Pero es muy, muy importante, esencial, que en las zonas rurales el personal local esté capacitado para usar y mantener los equipos, que es donde los servicios públicos y privados de salud son extremadamente ausentes o deficientes. También es muy, muy importante la formación de los pacientes, es indispensable para superar las barreras generacionales, culturales y educativas, especialmente para los mayores de 50 años de edad, donde la brecha generacional y tecnológica es muy profunda como para hacer un uso eficiente de éstas herramientas.
Finalmente, la protección de datos es esencial para la atención sanitaria en general y se vuelve más importante con los crecientes riesgos asociados a la atención digital. Un enfoque estandarizado para evaluar los riesgos de las plataformas mejora el uso y la confianza en éstos sistemas. Para eso, las regulaciones deben orientarse a minimizar los riesgos, y los gobiernos deben promover la transparencia de los datos para evitar sesgos discriminatorios al utilizar algoritmos de IA. La IA y la telemedicina desempeñarán un papel fundamental en la atención sanitaria, dado que a partir de la pandemia de Covid-19 se ha acelerado la implementación de la telemedicina, una tendencia que se espera crezca continuamente en los próximos 30 años.
Así pues, los usos de la IA en el sector público pueden ser más que simples drones y submarinos cargados de armamento de destrucción masiva.
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