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Diciembre 23, 2013 20:37 hrs.

Leticia Robles de la Rosa › diarioalmomento.com

Política ›


El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que el presidente Enrique Peña Nieto rechazó hace un año someterse a la retórica sin sustento de quienes no construyen y sólo quieren resolver su circunstancia política, y optó por las reformas que ahora requieren de mantener el diálogo plural para hacerlas realidad.

Orador principal en la ceremonia por el 198 aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón, Osorio Chong habló frente al mandatario federal de la disposición del gobierno federal de ir al diálogo con todas las fuerzas y actores políticos, porque a nadie se excluye, pero advirtió que la tolerancia, que es gobierno, también es firmeza y tiene sus límites frente a la estridencia y las descalificaciones.

“No será a partir de las descalificaciones o estridencias como lo vamos a lograr. A nadie se le busca lastimar. A nadie se le pretende excluir. Este gobierno seguirá abierto a escuchar todas las voces que quieran ser parte de la edificación del México de oportunidades para todos, pero que nadie se confunda: tolerancia es gobierno, pero la tolerancia también tiene sus límites y tolerancia también es firmeza”, destacó el responsable de la política interna.

Con la mayoría de los integrantes del gabinete presidencial, incluido el primer círculo del mandatario federal, como Aurelio Nuño, fefe de la Oficina de la Presidencia de la República, y el jefe del Estado Mayor Presidencial, general Roberto Francisco Miranda, como parte del auditorio que lo escuchó, Miguel Ángel Osorio Chong comparó el contexto de demandas sociales que vivió el México naciente de José María Morelos y Pavón con el México urgido de cambios que Peña Nieto tomó en sus manos el año pasado.

“El reto no era menor: optar por la complacencia ante quienes no construyen, ante quienes sólo quieren resolver su circunstancia política, someternos a su retórica sin sustento y sin fundamento y posición antagónica, o pensar en el pueblo de México y actuar por este gran país”, fue la disyuntiva que enfrentó el mandatario federal y escogió apostar por los cambios, dijo el secretario de Gobernación.

Pero Osorio Chong también comparó a la misma figura del Siervo de la Nación con el Presidente de la República que impulsó reformas como la educativa, de telecomunicaciones, hacendaria, financiera y energética, con el respaldo de las fuerzas políticas que hicieron a un lado sus diferencias para privilegiar las convergencias.

“En su momento, Morelos rompió ataduras, enfrentó resistencias para hacer realidad los cambios que fueron la base para un México fuerte y soberano. Hace un año se decidió romper inercias que han tenido al país en el estancamiento y la parálisis. Lo hizo más allá de protagonismos, tranquilidad o comodidades política. El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con valentía se atrevió y asumió el reto de la gran transformación de nuestro país, de la gran transformación de México”, resaltó Miguel Ángel Osorio Chong.

Añadió que “a casi 200 años del sacrificio de Siervo de la Nación debemos celebrar, al mismo tiempo, su propia vida, su ejemplo patriótico y su visión de futuro. Debemos asumir nuestra propia responsabilidad y confiar en nosotros mismos, siendo actores principales de nuestro presente.

“Hay quienes buscan aparecer en la historia y hay quienes hacen historia. Seamos parte de quienes la forjan. Señor presidente Enrique Peña Nieto, usted señaló que trabajaría para que cada vez más sean los mexicanos que puedan lograr su propia historia de éxito”, dijo.

A su vez, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, anfitrión de la ceremonia realizada en Casa Morelos, del municipio de Ecatepec, instó a todos los actores políticos a hacer su parte para que las reformas aprobadas este año se conviertan en políticas públicas y se traduzcan en los beneficios que todos los mexicanos demandan.

Anunció también la creación de un comité plural que se dedicará a organizar los festejos por el bicentenario luctuoso de José María Morelos y Pavón, cuya memoria deben honrar todos los mexicanos, al demostrar que las diferencias políticas e ideológicas quedan en segundo plano, cuando el bien del país es el objetivo principal.

Piden desterrar la desinformación
El paquete de reformas aprobado en este primer año de gobierno generará beneficios para todos los mexicanos, “no permitamos que la desinformación genere confusión y falta de participación; hagamos que estas leyes se traduzcan en resultados efectivos y que se haga realidad este nuevo escenario para los mexicanos”, instó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Ayer, orador principal de la ceremonia por el 198 aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón, que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto, rodeado por su gabinete, el responsable de la política interna del país expresó el agradecimiento oficial al trabajo tenaz y comprometido de senadores y diputados federales que construyeron las reformas que México requiere.

“Para mover al país decidió utilizar el instrumento de la política. Que del encono se pasara al encuentro. Que de la división se pasara al diálogo. Que de la confrontación se pasara a la propuesta. Que de las decisiones unilaterales se pasara a los grandes acuerdos para México, entendiendo que en democracia no existen unanimidades, entendiendo que hay diferentes ideologías, diferentes formas de pensar, y que se vale disentir y que se vale votar en contra.

“Entonces, como lo dijo Morelos, que para dictar una ley se discuta en el Congreso y decida la pluralidad de votos. Hoy, el gobierno de la República reconoce a los partidos políticos, a sus dirigentes y a sus representantes populares, que han puesto al país por encima de intereses particulares y que impulsaron un amplio debate reformador.

“Bajo esta premisa, la actual Legislatura del Congreso de la Unión es ya histórica. Y no me refiero a la cantidad de reformas aprobadas —entre ellas 16 constitucionales—, lo es por la dimensión de dichas modificaciones. Todas y cada una de ellas, en su momento, lograrán la mayor transformación económica y social de nuestro país”, explicó el secretario de Gobernación.

Aclaró que desde la perspectiva del gobierno federal, las reformas son un paso decisivo, pero no son el fin. Son el principio de una nueva etapa para México.

“Por ello, para el gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto es indispensable seguir juntos hacia adelante, lograr más acuerdos y llevar a cabo las acciones que permitan que de la letra se pase a los hechos y que de ahí se pase al objetivo fundamental: que los mexicanos tengan mejores oportunidades, que su vida cambie para estar mejor”, dijo.

Explicó que las reformas logradas se encaminan a que las niñas, niños y jóvenes tengan una mejor educación, una mejor calidad de vida, como la merecen, y que les permita ser competitivos frente a los retos de su porvenir; son para que las familias tengan más opciones y servicios de radio, televisión, telefonía e internet a mejor precio.

También son para impulsar la modernización del sector de las telecomunicaciones; son para que paguen más impuestos quienes más tienen y se invierta más en caminos, carreteras, hospitales, escuelas, universidades y que los trabajadores cuenten con un seguro de desempleo, y a los mayores de 65 años se les garantice una pensión universal; son para que los ciudadanos cuenten con un sistema electoral más dinámico y transparente; son para garantizar los derechos de los trabajadores y fomentar la productividad y la competitividad de todo el sector productivo, añadió.

“Y son, y que nadie se confunda o se equivoque, para que el sector energético sea más nuestro que nunca. Y esto se logrará a partir de poderlo administrar mejor. Y es para que nuestros recursos energéticos lleguen de mejor manera a la casa de todos los mexicanos”, agregó.



Gabinete presume solidez saludable
Sin decir una palabra, el presidente Enrique Peña Nieto disipó especulaciones.

Ayer se hizo acompañar por varios de sus hombres de gobierno que las versiones extraoficiales insisten en llevar a la banca ante inminentes cambios en su equipo.

Rodeado por 12 de los 19 integrantes de su gabinete, conversador constante con su secretario de Gobernación, el presidente Enrique Peña Nieto mostró así la unidad de su gobierno, a un año de asumir el poder.

Y no sólo conversaba con su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien los rumores políticos ubican como distanciado del mandatario federal; bromeaba constantemente con él, como lo hacía con el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, de quien también se dice está alejado.

Pero ayer las imágenes, propias de la cultura política priista mostraban otra realidad. Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, a quien se le achacan padecimientos físicos que lo llevarán fuera del gabinete, se veía rebosante de salud; Emilio Chuayffet, el estricto secretario de Educación que ya varios ubican en otras posiciones, fue de los primeros en llegar y tomar su lugar en la mesa principal.

También de los primeros en llegar fue Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, y a quien algunos especialistas observan fuera de esa dependencia, a pesar de su éxito en la construcción de la Reforma Energética.

Ésos son los hombres del Presidente de la República, que esta vez estaban acompañados sólo de una de sus colegas, Rosario Robles, titular de Desarrollo Social, porque Mercedes Juan, de Salud, y Claudia Ruiz Massieu, de Turismo, no acudieron.

Desde el atril de los oradores para recordar el aniversario 198 del asesinato de José María Morelos y Pavón, Eruviel Ávila y Miguel Ángel Osorio Chong hablaron de la unidad, de la importancia del cierre de filas para fortalecer las políticas públicas; de la importancia de que la nación tenga en todos sus hombres y mujeres un compromiso inquebrantable por el futuro, lejos de los disensos políticos e ideológicos.

Enrique Peña Nieto mostró entonces los mensajes en silencio que un Presidente de la República manda a la clase política. Ahí con él, los hombres de las armas, Salvador Cienfuegos, del Ejército, y Vidal Francisco Soberón, de la Armada; Luis Videgaray, de Hacienda; José Antonio Meade, de la Cancillería; su constructor de consensos, Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, y su jefe del Estado Mayor, general Roberto Francisco Miranda.

Fiel a su estilo de acercarse a la gente, Peña Nieto escogió un pasillo diferente para ingresar al presídium en Casa Morelos. Lo hizo para saludar a los invitados especiales. Lo hizo acompañado de Eruviel Ávila, que despertó los primeros gritos de las porras mexiquenses; “Eruviel, Eruviel”.

Pero unas porras que de inmediato corrigieron para gritar “Peña, Peña, Ecatepec; Peña, Peña, Ecatepec” o “Peña, Presidente, Peña Presidente”, y que se acompañaron por los aplausos de los mexiquenses de Ecatepec.

Luego escuchó a los oradores, mientras cruzaba algunos diálogos y bromas con Eruviel y Osorio Chong, lo mismo que sonreía a algunos subsecretarios o legisladores, como la senadora Ana Lilia Herrera, que estaban en primera fila.

La unidad de un gabinete que tuvo a 12 de sus 19 integrantes, aunque las asistencias alejaron las especulaciones de este último mes del año de las reformas.

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La tolerancia tiene límites

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