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Julio 17, 2018 16:05 hrs.

Jaime Septién › guerrerohabla.com

Política ›


Jul 17, 2018
’Primero Jusílenlos y después viriguan’ (’Primero fusílenlos y después averiguan’), cuentan que solía decir el famoso bandolero y revolucionario mexicano Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa.

Tal pareciera que el equipo del candidato presidencial triunfador en las pasadas elecciones de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), adquirió esta frase con el asunto de la invitación al Papa Francisco a participar en las audiencias que se pretenden llevar a cabo para pacificar el país.

Hay que recordar que AMLO toma posesión del cargo, resultado de las históricas elecciones del primero de julio en las que 31 millones de mexicanos votaron por su proyecto político ligado al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), hasta el próximo primero de diciembre de 2018.


Sin embargo, ha desatado una actividad febril la primera quincena de julio, haciendo nombramientos, delineando un programa de austeridad, hablando de descentralizar la mayor parte de las secretarías de Estados y trasladarlas fuera de la Ciudad de México, recibiendo al yerno del presidente de Estados Unidos, a su secretario de Estado.

Es tanta la actividad desplegada por AMLO y su equipo –ansiosos por responder al inmenso caudal de promesas de campaña—que la coordinadora del Consejo Asesor para Garantizar la Paz, la doctora Loretta Ortiz Ahlf, hizo estallar una bomba mediática que, muy pronto, fue desactivada.

La historia es la siguiente: el pasado sábado 14 de julio, tras reunirse con AMLO, Ortiz anunció que el Papa Francisco participaría por videoconferencia en las mesas de diálogo donde se analizará la implementación de la Ley de Amnistía, una de las propuestas del proyecto de Morena para pacificar a México.

La abogada y especialista en derechos humanos detalló la forma como iba a ser la participación del Papa (que tiene, en México, uno de los países en los que goza de mayor estima y reconocimiento): ’Va a ser virtual porque obviamente no va a venir. Va a ser vía Skype, un audio, etcétera’, dijo Ortíz a los medios. Y agregó: ’Ya está enterado, y no sólo eso, se van a enviar a dos personas recomendadas suyas para que vengan como expertos’.

Las declaraciones de Ortiz provocaron revuelo en todo México. Eran la confirmación de una de las promesas que había hecho AMLO en los debates previos a las elecciones del 1 de julio. Una más de sus aproximaciones al pueblo fiel de México (100 millones de católicos), mismas que iniciaron, justamente, con el acrónimo de su partido político: ’Morena’ (como se le conoce a la Virgen de Guadalupe).

Pronto, ’el gozo se vino al pozo’. La respuesta de Greg Burke, vocero del Papa, fue demoledora: la noticia adelantada por las próximas autoridades mexicanas de la participación del Papa en las audiencias públicas para la Ley de Amnistía ’no tiene fundamento alguno’.

Lo más curioso de todo es que la carta-invitación de AMLO al Papa, está fechada el 16 de julio y tiene el sello de recibida en la nunciatura del Vaticano en México el mismo día 16 de julio. Dos días después del anuncio hecho por Ortiz.


Es mismo día, en entrevista con MVS Noticias, la propia Loretta Ortíz reconoció su error: ’Fue una ansiedad de mi parte, yo pensé que con esa confirmación (la de Carlos Cruz, un enviado de Ortíz quien habría tenido audiencia personal con el Papa) podríamos estar agotando los recursos legales para tener la confirmación formal’.

Más allá de la presencia o no del Papa Francisco en un proceso de pacificación en México, lo que resalta en la carta enviada por AMLO invitándolo es su oscura redacción: ’Con motivo de su calidad moral y espiritual por la paz y el bien común –dice el documento recibido por la nunciatura–, me permito extenderle una cordial invitación para acompañar el proceso de foros de escucha por la pacificación del país y la reconciliación en México’.

Ortiz dijo que, a lo mejor Burke no estaba ’ni enterado’ de esta gestión y por ello desmintió la presencia del Pontífice en los foros. Pero ¿cómo iba a estarlo si el mismo día que afirmó que no había fundamento alguno para ello, apenas se iba recibiendo la carta en la nunciatura de México?

La pregunta que medio país se hace hoy: ¿Riesgos de políticos bisoños o afanes desmedidos de popularidad?

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López Obrador, el Papa y la paz en México: Crónica de una invitación no anunciada

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