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Mayo 26, 2024 19:24 hrs.
Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com
Política ›
LOS ANGELES PRESS
Al Presidente le ha ocurrido lo que le ocurre a una madeja de hilo cuando se enmaraña y por más que se insiste en volverla a la normalidad, más se revuelve, hasta llegar a un punto en que eso resulta imposible. Inició su mandato decidido a crear dos bandos entre los mexicanos: el de los fifíes y el de los chairos. O los que están en su contra y los que están a favor.
Comenzó con un mundo de mentiras que llamó la atención inmediatamente, por lo burdas y visiblemente increíbles.
Sin la delicadeza de disfrazarlas o sin el ingenio de hacerlas parecer como verdades. Más bien con la rudeza de una inteligencia pobre, que le hizo creer que cualquier cosa que saliera de su boca convencería tácitamente. Lo que sólo ha ocurrido con sus simpatizantes.
Su estrategia de combate al crimen significó una verdadera mentada de madre para la sociedad, porque sólo un retrasado mental podría creer que a los delincuentes se les ataca con caricias.
Si quería atacar realmente las raíces, debió urdir un mecanismo que abarcara las ofensivas frontales. Bien calculadas por militares expertos, alternadamente con programas de rehabilitación.
Digo lo anterior sin la intención de adoctrinar. No soy experto. Pero no es difícil vislumbrar que, si el señor hubiera querido ir a la raíz del problema, debió solicitar el consejo de los conocedores. Principalmente militares que saben de esas guerras, más que de hacer negocios en cientos de empresas. El señor sabelotodo consideró que su palabra es la ley y la aplicó para desgracia del país.
Luego, convocar a quienes saben de rehabilitación y de educación en muchos campos, con programas que abarquen a los padres y a toda la sociedad. Se trata de una estrategia compleja, para evitar la desbandada de los jóvenes a engrosar las filas de la delincuencia.
El señor dizque resolvió con abrazos.
Iba a acabar con la corrupción y hoy está más alta que la cresta del Everest.
En todo lo que va de este sexenio, no hubo un operativo para llevar a cabo esa empresa.
Al contrario, la corrupción inundó al gobierno y llevó a sus funcionarios a coludirse con los criminales, porque resulta altamente redituable. Hasta inventó: ’yo creo en él’, para liberar al corrupto de culpa.
Las leyes han sido pisoteadas, porque el señor no cree en ellas. Ni siquiera en la Constitución, que juró respetar y que ahora quiere cambiar para dejarla sólo con las consideraciones que no le impiden manosearla ni imponer su capricho, para continuar rumbo a su objetivo principal: la instauración de una dictadura, con la imposición mediante el fraude electoral, de una incondicional que le guardaría la silla para regresar a consumar sus planes perversos.
O bien para imponer mañana a otro igual a él: a uno de sus hijos.
La economía del país está hecha trizas, con la deuda más grande de toda su historia que, según algunos economistas, rebasará al cierre de esta administración, los 17 billones de pesos. Con todo esto, ha sido capaz de referirse al pasado como lo peor que ha vivido nuestro querido México.
Soy consciente de que las administraciones anteriores, como dice el que supuestamente gobierna, tuvieron mucha culpa de su arribo a la Presidencia, por el increíble y constante saqueo a las arcas del país, que sirvieron para formar nuevos supermillonarios.
Pero hoy, los daños infligidos son superiores a siempre.
El error de la votación en 2018, fue realmente descomunal, si advertimos que lo único que quiere el nuevo Mandatario, es destruirlo todo, quizá en obediencia a sus nefastos sentimientos de venganza y a sus actos de la corrupción que dijo combatiría y que sólo se agregaron a su interminable lista de mentiras. Hoy, sus propios hijos y familiares tienen el lodo en el cuello.
Esa madeja hecha bolas busca ahora una salida, inclusive para evadir la cárcel, tanto para él como para sus familiares e incondicionales que lo acompañan en cargos públicos, muchos de los cuales, se sabe, son investigados por autoridades de Estados Unidos por sus nexos con los criminales. Verbigracia, Mario Delgado, mejor conocido por el mote de ’El Ojos de Sapo’.
ariosruiz@gmail.com
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