1

2,326 vistas

Marzo 03, 2016 18:13 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Entretenimiento ›


Cada tres años, por un lado. Y cada seis, por el otro. Pero ambos en un mismo contexto, porque sus integrantes, hombres y mujeres, pierden delicadeza, ética y moral. De tal forma, ya nada insólito, que son recolectores de detritus (basura) y se entretienen, con buen pago, en intercambiársela. Son quinientos los primeros y ciento veintiocho los segundos. Cobran, sin hacer algo.
Al tomarlo en consideración acepté la recomendación de un chofer de taxi. Se las platico, sin ánimo perverso. Sino todo lo contrario.
Ojalá que aquellos lo entiendan.
El taxista estuvo a punto de ser embestido por un auto particular, cuyo conductor, distraído por el celular, ni se fijó. Cuando se dio cuenta, se creyó la víctima. Y comenzó a injuriar al conductor del auto de alquiler. Este, tranquilo, cortes, sonreía y le saludaba con la mano abierta.
“Y esa actitud”, preguntó el pasajero. El taxista, sin perder la ecuanimidad, contestó afable: “”Ve aquél camión de basura? “Sí. Y eso qué tiene que ver”
“Pues así como esos camiones de basura existen, hay muchas gentes que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia y decepción. Tan pronto como esa porquería se les acumula, necesitan un lugar donde vaciarla.
“Por eso, cuando alguna de esas personas quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal. Al sonreírles contribuyo a que descansen. Y al despedirme con la mano abierta, le deseo todo el bien del mundo. Y sigo mi camino. Contribuyo, como acaba de ilustrarnos el Papa Francisco, jesuita eminente, a convivir con nuestros hermanos”, concluyó el digno trabajador.
Permite esa estupenda reflexión abundar más en consejos, que por su llaneza, simplicidad y profundidad, pudieron ser entendidos por este aún reportero. Que sin más, los pone a su disposición:
Nadie es responsable de tu felicidad, solo tú.
La vida es una escuela y tú estás aquí para aprender. Los problemas son sólo una parte del aprendizaje, pero las lecciones que te enseñan estarán contigo toda tu vida.
Sonríe más. Ríe más.
No te tomes la vida tan enserio. Nadie lo hace. Llama a tu familia a menudo. Cada día haz algo bueno por otra persona. Algo pequeño como abrir la puerta, ceder el paso u ofrecer tu asiento a una persona mayor en el transporte público.
Perdona a todos y por todo. Al menos inténtalo.
Pasa tiempo con personas mayores de 80 y menores de 6 años. Te enseñarán mucho sobre cómo es la vida en realidad. Trata, por lo menos, de hacer sonreír a tres personas al día.
Lo que otras personas piensen de ti no es de tu incumbencia.
Tu trabajo no se ocupará de ti cuando estés enfermo. Tu familia y tus amigos lo harán. Tus prioridades deben reflejar esto. Haz lo correcto. Vale la pena a largo plazo.
Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o que te haga disfrutar.
Cuando estás enojado o molesto, busca la soledad antes de enfadarte con las personas que te rodean. O extraños. No olvides al taxista. El perdón cura todas las heridas. No importa cómo de buena o mala sea la situación actual. Cambiará.
Lo mejor está aún por venir.
Cuando te despiertes vivo por la mañana, no lo des por hecho. Estas vivo un día más. El secreto de los secretos de tu corazón es que se puede ser feliz - así que no tenga miedo de buscar la verdadera felicidad.
Nunca te olvides disfrutar el tiempo que tienes y el momento que experimentas con las personas que tienes a tu lado.
Obviamente, reconocemos, como expresó nuestro vicario de Cristo visitante, que lo sencillo, lo fácil de entender, es lo más valioso.
Así lo creemos. Y por eso lo compartimos.
craveloygalindo@gmail.com

VER NOTA COMPLETA

No lo olvides

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.