Paz, legalidad y violencia permitida

Antes de otra cosa quisiera empezar agradeciendo a una persona que ya no se encuentra entre nosotros, su nombre: Miguel Sánchez Argüelles, gran amigo, compañero y un buen ser humano, que abrió para muchos de nosotros las puertas de diarioalmomento.com. Descansa en paz querido amigo.

Vemos cada día en cualquier medio, escrito, digital, televisivo y hasta escuchamos en el radio los hechos que acontecen momento a momento; el reloj no para, hay que matar, secuestrar, desaparecer a alguien, pan nuestro, (a veces indigesta), pero, de casualidad, pregunta tota y absurda que lazo al aire a ver quien la contesta ¿y el poder judicial?, otra más por favor, ¿y nuestras autoridades?

Con todo respeto pero no puedo dejar pasar los hechos que vemos todos los días, entiendo, según yo que el secuestro ya está permitido en el país, ’según’ las leyes que nos rigen no, por eso no entiendo que pasa en nuestro país, para muestra el primer botón.

’Estudiantes’ de Chiapas ’piden prestados’ camiones de trasporte de la marca Flecha Roja, con todo y conductores, sin permiso de los conductores, los que hacen sus necesidades acompañados de personas ’preparadas’ o en eso están, según ellos, que se atiendan sus demandas. Los videos que presentan, llevan palos, piedras para ’robar’ (así le dicen en mi pueblo), secuestrar a los choferes (también así se menciona de donde yo vengo) durante 10 DÍAS, ¡wow! Cualquier cosa.

La historia de hadas no estaría completa sin el príncipe valiente que los recibe en gobernación y les concede sus deseos (demandas), plazas al por mayor, (más barato por docena) incremento a las becas, promedio de 6 (SEIS) ¡increíble!, c si como si sabe escribir su nombre póngalo aquí, dos más dos igual a tres, cerca, casi lo sabe. ¿Esos son los que van a enseñar a los niños a leer y a escribir? En vez de meterlos a prisión los llenan de beneficios, por favor, que alguien me explique que pasa en éste país por favor.

Bloquean la ciudad taxistas que dan un mal servicio, pésimo, sin mencionar los asaltos que se dan en éstas unidades, las violaciones, los secuestros, los accidentes viales, el ’no voy para allá joven’, tienen todo el poder de manifestarse y convertir a la ciudad en el estacionamiento más grande del mundo, pero, usted disculpe joven, es la única manera en que nos hacen caso.

Otras manifestaciones no se alejan de la realidad, destruyen, banalizan, agreden a todo lo que se les pone en frente, bombas molotov, piedras, palos, lo que encuentren se convierte en un arma letal en contra de vidrios, puertas, puestos, lo que esté en su camino.

¿Y la policía? ¿Dónde están nuestras autoridades? Son solo de cartón, están en la Villa pidiéndole a la Virgen que haya paz en el país y que se arrepientan del mal que hayan hecho, por sus mamacitas. Si un policía agrede es abuso de autoridad, pero no lo dejan sacar su arma para defenderse (parece and love). Eso si, algunos policías tienen que llevar su respectivo moche con las autoridades y extorsionan a la de los churros a los ’viene, viene’ de la Roma.

Quisiera entender esta forma de gobernar al país, a la ciudad de México, cualquiera agrede, secuestra, mata, viola y no hay castigo para nadie, solo se abren carpetas de investigación que quedan en el archivo ’muerto’ hasta parece chiste. ¿Para quién gobiernan? Ya no lo se, a los policías no se le dan armas, no se les permite defenderse, otros abusan y van contra los más débiles, los que no salen en las cámaras.

El presidente no quiere ser comparado con Calderón (que fue para mi, el que origino todo esto) muertos lo hay, heridos también, solo podrían cambiar los papeles y que mueran los malos y no los buenos, están a tacando al ejercito, a la marina, ya todo mundo trae un celular, poner cámaras en las patrullas, camiones, donde sea para justificar los muertos.

Dejen trabajar al ejército, a todas las instituciones que están a cargo de la seguridad del país, es lo que sugirió y aporto, ya basta de amor y paz, por favor, si van a hacer algo que sea con apego a derecho, los derechos humanos pareciera son ahora para los delincuentes y no para las víctimas, pero como siempre, querido lector, usted tiene la última palabra.