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Junio 17, 2021 23:53 hrs.

Rocío Ayala › tabloiderevista.com

Periodismo ›


Desde la más noble de las trincheras de la complicadísima tarea de informar, es decir, desde la llanura de un pensamiento libertario, empero, no libre. La voz impresa y digital agoniza en la debacle de la justificada autocensura.

En México y en el mundo, desfilan entre las efemérides, fechas conmemorativas alusivas al quehacer periodístico, al grado tal que, para algunos, era ya motivo de festejo. Sin embargo, los números que nos acontecen, son datos duros e incómodos para cualquier élite en el poder y definitivamente no dan pie a ninguna celebración.

El asunto es harto preocupante ya que, si de conmemoraciones se trata, al paso que vamos, todo el año será ‘día del periodista’, ‘día de la libertad de prensa’, ‘día de la libertad de expresión’ y así hasta llegar al ‘día del derramamiento de sangre’, como el pan nuestro de cada día. ¿Resulta abominable como ridículo? cierto, mas no raya en lo desesperado cuando nuestro país se considera uno de los países más peligrosos para ser periodista, le añadiría (con gesto de ojalá y no), que hasta es de los más peligrosos para pensar.

Y es que, no se trata de llevar la contraria al esclavo de la maldecida silla presidencial, inquilino de palacio nacional por derecho de linaje eufemístico, nomás por ser juarista pues. Se trata de abrir los ojos y ver el linchamiento institucionalizado en contra de la prensa en México, que, para variar se opera con recursos del erario público. Sí, porque no es gratis la campaña, ergo, la guerra sucia contra quien se atreva a alzar la voz, qué va, ¡pensar distinto carajo!

Cierto que, en el sexenio de la mafia del poder, también había muertitos, periodistas muertitos, y ahora, en el sexenio del poder por el poder, ‘el sinmigo’ es de una letalidad sin límites, institucionalizada y sin vergüenza, porque los sinvergüenzas, matan a mansalva y pese a los miles de ojos electrónicos sembrados en concreto, ’nadie ve nada’…

Y es que, tampoco se trata de priorizar las muertes, porque no se trata de trofeos y cazadores. El enojo que provoca la justicia que nunca llega, es la otredad de esa sociedad y sus herramientas para comunicar lo que somos y rechazamos al mismo tiempo –’si me favorece ¡benditas redes sociales!, si me perjudica ¡malditas sean! Si me alaba ¡qué buena prensa! Y si me critica ¡malita prensa fifí!

El enojo, qué digo, el encabronamiento, es que para llegar al poder, se cometió perjurio con alevosía y ventaja, pero más que nada, con una desfachatez…, ¡mesiánica! Perdonando a diestra a siniestra al cobijo de una ley de amnistía, donde los malhechores confesos y no, expuestos y ocultos, todos por igual tienen un mismo entendido: pasamos de ser ’el país de las maravillas’ al ’país de nunca jamás’.

Ojo, no quiero decir que antes no pasaba nada, lo reitero, también se asesinaba a periodistas, sin embargo, como oasis en el desierto, la maravilla es que al menos no había una polarización de la sociedad como ordenamiento de la máxima autoridad en el país. Vamos, todos teníamos claro una cosa, ’todos somos mexicanos’ y no había la necesidad de subrayarlo ni hacerlo moda mediante un hasgtag. En cambio, ahora es preciso hacer campaña digital para hermanarnos ya que hemos sido cruelmente violentados y separados entre ’chairos’ y ’fifís’ y matar a uno como a otro pareciera digno de hacer patria.

Al corte de este texto, en lo que va del año, vamos tres y contando en este junio negro: Enrique García García en Metepec, Gustavo Sánchez Cabrera en Oaxaca y Benjamín Morales Hernández en Sonora, irónicamente, asesinado en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Bajo esa tesitura una cosa es cierta, los asesinatos de periodistas seguirán; eso sí, nadie puede negar que existen leyes de protección a periodistas, fiscalías especializadas y hasta medidas cautelares que se otorgan a quien por las ’eventualidades’ de su trabajo, las solicita, como el caso de nuestro colega asesinado en Oaxaca.

En calidad de mientras, este junio es agridulce, unos festejan haber ganado, recién participaron de los festejos de la democracia, incluso algunos ’ganaron perdiendo’, total que, en breve se renovarán alcaldías, curules y gubernaturas; las esperanzas…, quién sabe cuándo.

Algún mal hablado dirá subiendo los hombros, ¡peor es chile y agua lejos!

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Peor es chile y agua lejos

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