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Agosto 08, 2019 01:16 hrs.
PROCESO › Emmanuel Ameth Noticias
Política ›
Tras 43 días de campaña, que concluirá el próximo viernes 9, Alejandro Moreno, Ivonne Ortega y Lorena Piñón, aspirantes a la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional (PRI), se trenzaron en una serie de acusaciones que pintan claramente a su partido: corrupción, compadrazgo, tráfico de influencias, desvío de recursos y amiguismo.
A diferencia del primer debate, en esta ocasión se permitió la entrada a medios de comunicación y simpatizantes. En el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede partidista, decenas de asistentes arroparon a Moreno, a quien gritaron una y otra vez: ’presidente’ y ’Alito’, como se le conoce en las filas del tricolor.
El próximo domingo 11, los militantes priistas votarán en más de 6 mil casillas que se instalarán en todo el país. Hasta hace unos días sólo había presidente y secretario en 10% de las urnas, debido al poco interés por participar.
Durante el debate, con hora y media de duración, Alejandro Moreno y Lorena Piñón se lanzaron contra la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a quien acusaron de favorecer a familiares durante su administración, y de adjudicarse terrenos de manera indebida.
En su oportunidad, Ortega reprochó a ’Alito’ la posesión de una propiedad en Campeche, valuada en más de 46 millones de pesos, así como por dejar una deuda crediticia de 2 mil 300 millones de pesos en esa entidad, y permitir el aumento de 35 mil pobres en los años que fungió como gobernador.
En varios momentos Moreno y Piñón se unieron para criticar a Ortega. El primero dijo que, en 2008, siendo gobernadora de Yucatán, se adueñó de 2 mil 300 hectáreas, a lo que la exmandataria replicó que desde 1931 los cuatro hermanos Ortega tienen sus títulos de propiedad.
’Alito’ arremetió contra la política yucateca y dijo que mentía en su defensa a la igualdad de género, pues en su gabinete sólo hubo cuatro mujeres. Fueron ocho, contestó aquella, y aseguró que su hermana Guadalupe tuvo un cargo honorario.
Piñón secundó a Moreno en sus críticas contra Ortega y le reclamó que aceptara una alianza con el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien –dijo– está acusado de delitos de lesa humanidad por el conflicto de 2006 en esa entidad, además de que se le señala de cometer actos de corrupción y de desviar millones de pesos.
’Dime con quién andas y te diré quién eres’, ironizó Piñón.
Días antes del debate, Ivonne Ortega dijo que Piñón se había aliado a Alejandro Moreno para atacarla y debilitar su campaña. Esta última aseguró que no había hecho ningún pacto.
Dato curioso fue que en la parte del debate en que los conductores Elisa Alanís y Hugo Alejandro Concha sacaban las preguntas para alguno de los candidatos (de una urna transparente, bajo la vigilancia de un notario público), en varias ocasiones se repitió el mismo cuestionamiento, que finalmente fue desechado porque era de índole personal.
A Alejandro Moreno se le criticó por permitir el crecimiento de la pobreza durante su administración en Campeche. Y él argumentó que eso ocurrió cuando hubo una crisis en el precio internacional del petróleo y afectó a los trabajadores de los pozos que se encuentran en la entidad.
El segundo debate fue más ríspido que el primero. En los puntos que coincidieron los tres aspirantes es que el PRI requiere de una modernización, recuperar su ideología, denunciar cualquier acto de corrupción o tráfico de influencias, y abrir a la militancia la elección de todas las candidaturas. Pero, sobre todo, mantener la unidad, algo que no se vio en el transcurso del segundo debate.
El domingo 11 se realizará la votación, sólo para militantes. El padrón registrado ante el Instituto Nacional Electoral es de 6 millones 764 mil 615, pero después el PRI corrigió y dijo que se trata de un millón 159 mil 320 militantes.
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