1
Abril 15, 2025 22:28 hrs.
Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com
Política ›
Siempre he imaginado que en cualquier país hay personas pensantes y no pensantes de forma proporcionada. Nunca pensé que en México abundaban más los segundos o, por lo menos, ese flaquísimo favor les hace la Presidenta a nuestros paisanos, al mandar a elaborar encuestas que la ponen en un lugar tan alto, que ya las quisiera Narendra Modi, el primer ministro de la India, calificado como el mejor líder del mundo y de quien López presumía ser el segundo.
Este señor tabasqueño olvidó que en esa materia se hablaba de liderazgo por acciones destacadas, no de corrupción ni de mandatarios abusivos, destructores y delincuentes, rubros en los que, indiscutiblemente, es el campeón de campeones. También lo es en cobardía. Cuando tenía el máximo poder, diariamente hablaba mal de todo mundo. Ahora está escondido en alguna madriguera o tal vez en algún lugar desconocido de la sierra de Sinaloa.
No recuerdo a ningún ex presidente que, luego de terminar su gestión, se perdiera sin dejar huella. El denostado por él mismo y por su álter ego Sheinbaum, Felipe Calderón, se exhibe en todas partes. Se dedica a dar conferencias y participa en diferentes foros. Tan es así, que hace poco viajó en el mismo avión que abordó asimismo el maloliente Fernández Carroña. El hijo del ex mandatario lo enfrentó y por poco cae noqueado, sólo por percibir su tufo.
La Presidenta hizo publicar las encuestas que aseguran haber encontrado a su favor, un porcentaje de mexicanos jamás imaginado por nadie. Con la misma costumbre de mentir, igual que el anterior, presumió arriba de 80 por ciento de preferencias. Si los morenarcos fueran honestos, dirían que es una mentira más grande que la de los abrazos. Pero es mejor que todos callen, mientras se decide la sucesión, en la que tiene esperanzas hasta el maloliente Fernández N.
También es Fácil colegir que hace publicar ese porcentaje, porque una de las elecciones más importantes para ella, es la revocación de mandato y desde ahora quiere convencer que los mexicanos se mueren por su liderazgo, para que, llegado el momento, ponga a trabajar el fraude que afirme que más de 60 por ciento de los mexicanos desean su permanencia de por vida. ¿Quién en su sano juicio puede aseverar que ganó la Presidencia limpiamente?
A estas alturas del partido, la figura de su bienhechor se ha desdibujado porque cada día emergen más sus actos de corrupción cometidos, no con la preocupación de ocultarlos un miligramo, sino a granel y con lujo de cinismo. Seguramente con la seguridad de que la sucesora haría lo indecible por guardarlos en secreto. No ha sido posible, porque todo lo dejó a flor de tierra.
Muchos mexicanos se han resistido a creer, a pesar de los hechos, que su propósito era y continúa siendo llevar a México a la venezolización y una prueba es la que acaba de ofrecer el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, quien amenazó públicamente: ’Quiero hacerle un llamado a Grupo Proyecta para que le done al gobierno del estado dos hectáreas, para que podamos hacer un espacio digno para los cuerpos de seguridad que se lo merecen, así es que Grupo Proyecta, dos hectáreas en un mes o proceso de expropiación a cuatro hectáreas. Ustedes deciden, con todo cariño con todo respeto’. ¿Plan piloto?
Acabó con el Estado de Derecho y mostró sus ansias de dictador, igual que lo hacía el insigne Hugo Chávez, quien muchas veces, por mero capricho, preguntaba de quién era cierta propiedad, negocio, empresa, para enseguida ordenar con energía despreocupada: ¡exprópiese! Pero para actos como el anterior es que servirá la nueva Suprema Corte. Para avalar esos desplantes.
Hasta hoy, poco han cambiado las cosas. Salvo por las exigencias del Presidente Trump, más no por iniciativa de la señora Sheinbaum, quien hubiera preferido continuar con los abrazos, porque el trato fue seguir fielmente la directriz del anterior. Con relación a los narcocorridos, dijo que apuesta a construir y promover conciencia social para que no se haga apología del narcotráfico. Pues suena a lo mismo que los abrazos. O a ir supuestamente a las causas del delito.
Ariosruiz@gmai.com
VER NOTA COMPLETA