Reforma con sangre entra

La patológica visión de la realidad a través de pesos y centavos es el nuevo modelo pedagógico de la Secretaría de Educación Pública.
Al sargento Nuño no se le ocurrió otra manera de demostrar las bondades de una reforma educativa que no es educativa, y que a través de los números pueden mostrar el ahorro que representa para el Estado la aplicación de 54 mil descuentos a docentes que pararon labores. Y volvemos a las cuentas, si quienes pararon labores fue, según cálculos del sargento Nuño, el 2 por ciento, y si ese 2 por ciento equivale a 54 mil profesores, el total de profesores en el país es de 2’700,000 mentores.
Cifra que rebasa con mucho, los cálculos más optimistas sobre el número de profesores en México, cuya precisión en realidad no existe a no haber un censo o padrón que pueda contabilizarlos, porque para la SEP la nómina, esa que se toma como regateo de mercado, es un documento prácticamente sin congruencia ni orden y no sirve para calcular el número de profesores.
Pero la reforma educativa una vez que se redujo a un examen de evaluación ahora se limita a la lucha de un solo hombre: el secretario de Educación Pública, quien pareciera predicar en el desierto sus cifras y logros frente a una revuelta social que crece frente a sus ojos y cuyas repercusiones sociales se le van de las manos.
Aurelio Nuño pasó de la soberbia a la conmiseración social, porque cree que va ganando la guerra. Los cálculos matemáticos de nuevo lo condenan al decir que con la aplicación de 54 mil descuentos a los docentes que pararon labores, se han recabado hasta ahora 26.5 millones de pesos.
El funcionario federal precisó que para permanecer en el paro de la CNTE en la Ciudad de México, los maestros están recurriendo a un sistema de rotación para evitar caer en las tres faltas y ser despedidos, y adelantó que se analiza la posibilidad de continuar con los despidos y hacer cumplir la ley, es decir, su ley.
’Eventualmente estamos evaluando más despidos, muchos de los que están en la movilización están ya en el proceso de darse de baja’, indicó, pero cómo llevar a cabo este tipo de descuentos sin un padrón del magisterio confiable.
Y en su lenguaje habitual de rompehuelgas afirma: ’Sí estamos dispuestos y abiertos al diálogo, pero para que eso suceda, en primer lugar tiene que acabarse el paro. Hasta que no estén el 100% de las escuelas trabajando no hay posibilidad de poder tener un diálogo; y segundo y más importante es que acepten lo que es una realidad y que está en la Constitución: aceptar la reforma educativa’, es decir una vez que los profesores se den por vencidos puede platicar con ellos. Todavía no se da cuenta que es una lucha que puede convertirse en guerra civil.
Desde la capital del país se trata de ocultar las repercusiones de una rebeldía de los maestros que crece y cuyas acciones se radicalizan hasta asemejarse a una guerra civil. Para lograr este tipo de desinformación se impide el acceso a profesores a la ciudad de México, se reprime a los reporteros que dan cuenta de la represión, desaparición encarcelamiento de profesores en los estados de Chiapas, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Tabasco, Guerrero, entre otros.
La educación dejó de ser maniquea desde la edad Media, sin embargo, la visión de una burocracia graduada en el extranjero que carece de sentido común y desconoce la historia persiste en imponer su voluntad a cambio de nada.
Pero Nuño insiste en afirmar que todo lo que no está dentro de la reforma educativa es la visión de ’un México viejo’ que busca defender los privilegios de los líderes magisteriales. Y vuelve a ponderar los privilegios de líderes magisteriales que gana n al mes la décima parte de lo que él gana, en el mejor de los casos.
La falta de responsabilidad de las autoridades educativas, su pasión por la mentira, su obsesión por el autoritarismo pueden hacer de las elecciones una pantomima, pero, sobre todo, del territorio nacional un polvorín, donde sólo habrá perdedores.
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