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Mayo 09, 2019 07:57 hrs.

Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

Política ›


Ciertamente e imposible que haya un mexicano mayor de 8 años que no haya oído el nombre de Miguel Hidalgo, el cura que inició un desarticulado movimiento popular, seguido por hombres sin armas y sin preparación para combatir, pero que integraron lo que después fue llamado ’Ejército Insurgente’ que lo mismo llevaba viejas carabinas que garrotes, abriendo el camino para desaparecer la Nueva España, trescientos años de subyugación española. Portando el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, inició una marcha que culminó diez meses después con su cruel asesinato.
Sí, en esta ocasión el comentario está enfocado hacia el recuerdo de la figura del Padre de la Patria, del hombre que dejó el curato de Dolores, en Guanajuato, para luchar contra los realistas, los soldados al servicio de los virreyes. En estos días, la semana pasada, pregunté en diferentes momentos y distantes lugares: ¿sabe usted dónde nació el cura Miguel Hidalgo? Y de diez personas, una contestó que ’era de Guanajuato’ y otra dijo: ’creo que en una hacienda’. Me preocupó el caso.
En la Primaria, el profesor nos hablaba de la Independencia de México. Mencionaba a don Miguel Hidalgo y a José María Morelos, aumentando la lista con los nombres de Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y por supuesto el del Corregidor de Querétaro Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez. En esos días escolares supimos que Hidalgo nació en la Hacienda de Corralejo, en Pénjamo, Guanajuato, precisamente el 8 de Mayo de 1753 o sea hace nada menos que 266 años.
No voy a hacer una cansada narración del Movimiento de Independencia que comenzó entre la noche del 15 de Septiembre de 1810 y la madrugada del siguiente día, pero si comentar que el nombre completo del cura Hidalgo no deja de sorprendernos, pues no somos historiadores ni eruditos en la materia, pero en el acta de nacimiento se lee: Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mondarte y Villaseñor.
Pues bien, nuestro personaje fue uno de los cuatro hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María Gallaga; él era administrador de la referida hacienda, de donde salieron Miguel y su hermano José Joaquín al Colegio de San Nicolás Obispo, en Valladolid. A los 17 años el futuro cura independista era una lumbrera como estudiante y sus compañeros le apodaban ’El Zorro’ ’por su astucia para ser vencedor en juegos intelectuales’. Pronto fue profesor en el mismo Colegio y a los 35 años asumió el cargo de Rector.
Entre los alumnos de Don Miguel se contó José María Morelos y Pavón, quien al paso de los años y ya convertido en sacerdote, habría de ser el heredero de la jefatura en el movimiento de Independencia y de él ya he de comentar en otra ocasión.
Cuando los insurgentes llegaron a la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, el hecho más relevante fue el protagonizado por un minero-barreteo de nombre Juan José de los Reyes Martínez, a quien la historia registra como ’El Pípila’, el hombre que se colocó una pesada loza sobre la espalda, cargó con un bote que contenía brea y en la diestra sostenía una antorcha encendida; untó la brea en el portón y le prendió fuego. Los insurgentes entraron y acabaron la vida de unos 300 españoles ahí refugiados.
Como antes escribí, no es relato histórico ni narración cronológica. Estoy seguro de que algunos datos aquí presentados, no son muy conocidos o ya se nos olvidaron, por ello añadiré que después de ser fusilado, el 30 de julio de 1811, el cura Miguel Hidalgo fue decapitado por un campesino tarahumara. La cabeza del Padre de la Patria, así como las de Allende, Aldama y Mariano Jiménez, estuvo colgada durante diez años en las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.
El cuerpo decapitado de Hidalgo fue sepultado en el Templo de San Francisco de Asís, en Chihuahua y en 1821 los restos y la cabeza quedaron en un nicho en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y desde 1925 se encuentran en una urna, en la Columna de la Independencia, en la Glorieta del Ángel, en la Capital del País.
Entre los honores póstumos al guanajuatense están: en 1861 se impuso el apellido Hidalgo a uno de los 31 Estados de la República; en la Ciudad de México hay una Alcaldía (antes Delegación) con el nombre de Miguel Hidalgo. En todo el país hay calles, avenidas, parques, centros culturales e inclusive deportivos Miguel Hidalgo y su imagen ha aparecido en billetes de diferentes denominaciones.
jherrerav@live.com.mx

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¿Se Acuerdan de Don Miguel Hidalgo y Costilla?

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