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Agosto 28, 2025 21:16 hrs.

Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com

Política ›


El exacerbado protagonismo del senador Gerardo Fernández Noroña no ha dejado de llevarlo constantemente al ridículo y a padecer actos desagradables para él mismo. De hecho, inició su carrera política con actitudes que siempre dejaron qué desear. En una ocasión, inclusive, se plantó en la Torre Trump, en donde realizó un acto de protesta por el muro prometido por el candidato a la Presidencia de ese país, que ahora repite en el cargo.
Fue echado por el personal de seguridad de manera abrupta. Seguramente a nadie más se le hubiera ocurrido apostarse en ese lugar —salvo a un narcisista de su tamaño—, con un mapa en la mano que mostraba a México en el año 1830, para decirle a Donald Trump que estaba de acuerdo con que México pagaría el muro, pero tendría que ser como el del mapa, dijo a periodistas. ¡Podemos acaso imaginar quién se creía para ir a poner condiciones al gobierno del país vecino?
¿Por qué ahora no se las pone, por haber declarado terroristas a nuestros narcotraficantes o por las constantes amenazas con los aranceles o por las mismas amenazas con intervenir directamente en nuestro territorio para hacerle el trabajo a la Presidenta, de poner orden en materia de combate a los criminales? Sencillamente, porque hoy si, el miedo anda en él. O lo que es lo mismo, en burro.
El deplorable sujeto protagonizó un papel deleznable en la cámara de diputados, cuando fue representante popular, principalmente con las mujeres, a las que jamás se contuvo para injuriar de manera vergonzosa, que le valió el reto de otro diputado por el estado de Sinaloa, quien le dijo que, si andaba tan caliente con las compañeras del sexo opuesto, ahí estaba para enfriarlo.
Le dijo que a él le enseñaron a respetar a las mujeres y que Inclusive pelearía en su contra con una mano amarrada. El cobarde dijo que se ponía con un viejo, que por cierto no lo es, además de ser bastante alto y de verse fuerte a simple vista.
Pero su inocultable cobardía lo delató. Por cierto, hay que recordarle que la valentía no muere con la edad.
También hace alarde de haber enfrentado en una comparecencia a Genaro García Luna.
Pero cuentan los reporteros que acudieron a esa sesión, que en un receso fue al baño, al mismo que acudió el compareciente y al verlo, casi se le arrodilla, muerto de miedo.
Le dijo al jefe policíaco que las cosas en la Cámara Baja son así, con algo de teatro, pero que no tomara las cosas en serio o algo parecido.

El año pasado obligó al abogado Carlos Velázquez de León a darle disculpas públicas, por haberlo ofendido en la sala de American Express del Aeropuerto Internacional de la ciudad de México. Se cree tan poderoso, que nadie puede molestarlo ni con el pétalo de una mala palabra.

Apenas anteayer volvió a provocar un pleito con Alito Moreno, el dirigente nacional del PRI, que por cierto estaba pendiente desde que ambos se acaloraron y llegaron a las reacciones directas sin pasar a más. No obstante, esa vez, el priista ofreció desde su curul una disculpa amplia por su comportamiento.
La última vez o el miércoles, entonaban el Himno Nacional, cuando se le acercó Alito Moreno a reclamarle ´por qué no le concedió el uso de la palabra. El primero en forcejear fue el Presidente de la Mesa Directiva, quien sacudió por los brazos al oponente sólo para despertar su coraje e igualmente sacudirlo asido de los brazos.
Disparó algunos jabs que casi dieron en la cara de Noroña.
En conferencia, éste afirmó, rodeado de todos los santos morenos, flanqueado por el ínclito Adán Augusto López Hernández, que hará una denuncia penal en contra del presidente del tricolor, por lesiones, amenazas de muerte y daño en propiedad ajena.
Lo acusó además de haber incurrido en una agresión física premeditada, porque otros priistas participaron en el pleito.

La verdad no presentaba absolutamente ningún rasguño. Sólo evidenciaba el malestar registrado por las acciones que él mismo provocó. Pero debe sentirse demasiado mal de salud, porque su ego sufrió una inigualable herida de muerte. Y nuevamente volvió a mostrar su inocultable cobardía.
ariosruiz@gmail.com

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El valiente Noroña

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