1
Septiembre 29, 2018 00:55 hrs.
Armando Fuentes Aguirre › guerrerohabla.com
Periodismo ›
Estoy solo en la casa del Potrero. Se han ido ya las buenas gentes que vinieron a darme compañía en la cena, y he cerrado la puerta y las ventanas.
Camino por los vastos aposentos, y las paredes hacen eco a mis pisadas. El último rescoldo de la chimenea pone un rojizo resplandor en medio de la oscuridad.
Oigo de pronto unos pasitos quedos. Son los pasos del Terry, mi amado perro cocker. ¿Cómo puede ser esto, si esa criatura angélica no pisa ya esta tierra? Y sin embargo he oídos sus pasos, igual que cuando el Terry rondaba por la casa para espantar los fantasmas nocturnales, los suyos y los míos.
Descansa, Terry mío; descansa ya. Bien cumplida dejaste tu tarea. En el amor y en el recuerdo vives todavía. Quizá nosotros te olvidemos, así de ingratos somos los humanos, pero la casa no te olvidará. Vivirás en ella, y los que vengan oirán tus pasos, igual que yo los escuché, como aleteo de ángel.
¡Hasta mañana!...
VER NOTA COMPLETA