Sumisión ante EU

A un día de la llegada del Papa Francisco a Michoacán, y a una semana de que la secretaria de Relaciones Exteriores se entrevistara con la esposa del autodenominado disidente venezolano, Leopoldo López, el doctor José Manuel Mireles Valverde, envió una carta al jefe de Estado Vaticano, Mario Jorge Bergolio.
En la misiva solicitó que en México se restablezca el estado de Derecho desaparecido desde hace varios años y también se reconstruya la justicia, y la seguridad en el estado de Michoacán. La carta no tuvo respuesta de Bergolio, por lo menos en suelo mexicano.
La figura de Mireles se adopta al perfil de un preso político más que al de algún otro modelo de delito social.
Lo mismo sucede con Nestora Salgado, quien comandaba la policía comunitaria en Olinalá, Guerrero. Ahí conformó una "policía comunitaria" con decenas de elementos armados que recibía recursos del gobierno de Guerrero.
El 21 de agosto de 2013 Nestora fue detenida y acusada de 50 secuestros, sin embargo, la realidad es que Nestora encabezaba una organización de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias que opera bajo el sistema de usos y costumbres en zonas indígenas de Guerrero.
Es decir, la existencia de presos políticos en México es inobjetable, a pesar de ello, la política del país se encamina y radicaliza como nunca antes para colocarse al extremo de la derecha dentro y fuera de sus fronteras. LA complacencia de Estados Unidos es evidente.
Las represiones impunes de gobernadores como Moreno Valle, Javier Duarte, Graco Ramírez, Manuel Velasco, César Duarte, entre otros dan muestra de esta tendencia a la violación de derechos humanos contra quienes protestan por un régimen político que nadie les preguntó imponer.
Por el lado de la política exterior, la secretaria de Relaciones Exteriores se entrevistó con Lilian Tintori, esposa del político opositor al Gobierno venezolano, Leopoldo López. Pero no sólo eso, ella y Antonieta Mendoza, madre de López, acudieron al Senado para reunirse con legisladores de todos los partidos, incluido el panista Roberto Gil, Presidente del Senado.
Esto lo hace el gobierno federal mexicano en momentos en los que quiere derrocar a Nicolás Maduro y el chavismo de Venezuela. ES decir, le sirve de ariete en tiempos en los que hacer trabajo sucio es tarea de subordinados.
Ante la protesta de la canciller venezolana, y de manera inmediata, sin reflexión de por medio, se lanzaron contra la funcionaria sudamericana, como si quien tuviera la razón fuera Caludia Ruiz Massieu o Roberto Gil. En una maniobra de chovinismo a ultranza que le funcionó muy bien al gobierno federal utilizando los medios de información electrónicos, a grado tal que la ramplonería de Televisa redujo la discusión a una pelea de boxeo entre dos mujeres: la venezonala y la mexicana, y habrá que apoyar a ésta última por inercia, ante tal encuentro irracional en el ring de los medios nacionales.
En otros tiempos, de mayor dignidad diplomática, de menor sumisión política y de mayor legitimidad social, la esposa del autodenominado preso político de Venezuela sólo hubiera visitado la sede del PAN y asistido a alguna cena de gala de organizaciones derechistas, que es el espacio en el que se reconoce su forma de ver la realidad de su país.
México prefiere quedar bien con el vecino del norte sacrificando su tradicional respeto a la autonomía delos pueblos. Ahora necesita más del gobierno de Estados Unidos y depende más en todos los sentidos de la Casa Blanca, la de Washington.
La dependencia con Estados Unidos que se convierte en sumisión tiene muchas expresiones en el priísmo actual. No haced falta ser analista político para darse cuenta de que en México hay cesión de poderes o influencias muy definidas desde el norte.
Pruebas hay muchas. Éstas son un claro ejemplo.
© 2016 Microsoft Términos Privacidad y cookies Desarrolladores Español