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Diciembre 23, 2020 16:28 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › tabloiderevista.com

Política ›


Carlos Ravelo Galindo, afirma:
El principal responsable de lo que suceda con tu salud y la de los tuyos a estas alturas, ya no está en los gobiernos. Lo encuentras, como la corrupción, en los espejos. En ti.
Culpamos a quien no usa cubrebocas. Pero nosotros, tampoco. A quienes no atienden razones. A quienes no guardan la sana distancia y salen de sus casas sin razón.
Si nosotros tampoco obedecemos, no reclamemos en las redes. Mejor, por salud y por respeto, afirma Oscar Cedillo, cuídate y cuídame.
Nos lo recuerdan también el escritor Fernando Alberto Irala Burgos y el Inegi.
Hoy el virus vuelve a estar en ascenso y la producción, que iniciaba su proceso de recuperación, se ha ralentizado nuevamente.
La inseguridad y la violencia nunca se han contenido. La estrategia de repartir abrazos y no balazos no resultó, y ahora ya ni abrazos se pueden dar, por razones sanitarias; los balazos siguen a la orden del día.
Empecemos con el primero, gran conocedor en el recuento de dos años.
Dos años del gobierno actual se completaron ya. Un tercio colmado del sexenio que esta vez será más corto, por lo que resulta obligado intentar un recuento de lo hasta hoy visto.
Empeñado en cambiar el país, bajo la premisa de que todo lo hecho antes estuvo mal, el presidente ha tirado a la basura la mayor parte de los programas anteriores de gobierno, para impulsar su política, que básicamente consiste en entregar ayudas en efectivo a los sectores más pobres.
Lo hace sin muchos controles y sin acompañarlos de evaluaciones de su impacto, así que no sabemos con precisión ni de su real cobertura ni de sus resultados específicos.
Las obras que el gobierno pasado dejó en proceso simplemente se han cancelado, como el trágico caso del aeropuerto, o lucen entre postergadas y abandonadas, como el caso del tren de la ciudad de México a Toluca.
El sistema de salud pública se desmanteló para poner uno nuevo, centralizado y que en un futuro que empieza por estos días será como el de Dinamarca, pero por lo pronto ya no atiende lo que el derogado atendía, como en los publicitados casos del cáncer de mama e infantil, o la atención a los portadores de VIH, y ha resultado notoria y peligrosamente saturado por el Covid.
La economía se pasmó desde el triunfo electoral de los hoy gobernantes, y la epidemia de plano la noqueó.
Hoy el virus vuelve a estar en ascenso y la producción, que iniciaba su proceso de recuperación, se ha ralentizado nuevamente.
La inseguridad y la violencia nunca se han contenido. La estrategia de repartir abrazos y no balazos no resultó, y ahora ya ni abrazos se pueden dar, por razones sanitarias; los balazos siguen a la orden del día.
A la corrupción, como al huachicoleo, se les declaró extintos, pero ambos siguen tan campantes como siempre. Sólo que con nuevos capos.
Para muchos es incomprensible que con ese escenario, la gente siga otorgando carta blanca a sus muy ineficaces gobernantes, que pese a todo gozan de popularidad y aprobación.
Es que el pueblo no es tonto, se nos repite todas las mañanas. Seguramente es por eso.
Y su confirmación por el gobierno, llamado también Inegi, a esta putrefacción que no podredumbre que no cesa. Ya la pusieron hasta fecha para conmemorarla.
El 9 de diciembre.
Amén.
craveloygalindo@gmail.com

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Terminan las posadas y sigue la corrupción

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