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Septiembre 11, 2018 14:11 hrs.
Maria Paola Daud › guerrerohabla.com
Religión ›
Sep 11, 2018
Mario Laporta | Kontro Lab
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En la ciudad de Scampia en Nápoles, desde 1976, una comunidad de franciscanos vive con todo lo que otros han descartado, la fruta y verdura que no se vende, alimentos que pronto van a caducar, y hasta un tren de la Ferrovia dello Stato. Así es: 5 hermosos vagones de los años 40 se han transformado en un convento, conocido como ’La estación del alma’
Los vagones funcionan como capillas, celdas, confesionario, taller y salas para recibir visitas. También tienen un jardín y un pequeño huerto.
Son 8 los ’Frailes menores renovados’, que viven en este convento en completa pobreza, oración, y dando asistencia al que más lo necesita; intentan imitar en el día a día a su santo fundador Francisco de Asís, ’alabando al Señor por todo lo creado’.
La zona en dónde viven es una de las más peligrosas y difíciles de Nápoles, por eso salen por las calles del barrio y tratan de compenetrarse con la gente, escuchándolos y dándole consuelo en la dura realidad que les toca vivir.
También prestan servicio en la parroquia y visitan las cárceles y hospitales. No usan ni aceptan dinero, sólo mantas y alimentos que cocinan en una vieja cocina a leña; lo que les sobra, lo donan a los más necesitados.
En una entrevista realizada por la Familia Cristiana, Fray Carlo indicó que ’el tren representa el camino itinerante, pero también la simplicidad y la precariedad’.
’Con estos valores buscamos recuperar la espiritualidad y las enseñanzas de San Francisco. Aunque si no nos movemos, viajamos constantemente, porque nada es nuestro, no podemos echar raíces en nada’.
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