Un funcionario humilde

ES IMPRESIONANTE LA FORMA EN QUE SE GASTAN LOS RECURSOS PÚBLICOS EN LAS PERVERSDADES PERSONALES DE LOS GOBERNANTES O EN LOS NEGOCIOS QUE HACEN CON ESOS DINEROS QUE NO SON DE ELLOS, SINO QUE, SE SUPONE, SON DE TODOS.

Tal parece que los Tlatoani nacionales o los “pinchipes” nahutlacas que nos gobiernan, solamente piensan en sus lujos y derroches y para ello solamente les basta ordenar a los señores funcionarios y diputados mayores impuestos y nuevas formas de atraco a la población, para que tengan suficientes recursos para sus lujos y perversidades, porque han de saber, queridos lectores que, en muchos casos, no solamente pagamos por su habitación y comidas, los servicios que requiere cualquier casa, la luz y los teléfonos, los vehículos y los gastos de “chogumas” (Chofer-gurura y mayate) con los que se cuidan, no solamente ellos, sino hasta las sirvientas o amantes, pero además, también, pagamos por sus vacaciones, sus lujos y claro está, por las invitaciones que hacen a los que les seguirán lanzando incienso en los medios de comunicación o los que les servirán para mantenerse cerca del poder.

Y por si todo esto no fuera suficiente, también les permitimos que, con los recursos públicos, hagan los negocios privados para ellos, sus socios y cómplices o con sus compadres a los que protegen y alientan en tales robos o bien, por ejemplo, en Oaxaca, pagamos todos los ciudadanos para que un hampón oficial nos siga robando a todos con el apoyo y protección del mismo gobernador, como lo hace en forma cínica y descarada uno de los protegidos por este y los demás ex gobernadores a los que les ha servido y con los cuales sigue haciendo negocios y cumpliendo las instrucciones gubernamentales para pagar a los políticos de la “oposición” o para que les lleve los recursos y puedan hacer las negociaciones políticas, tal como lo hace, Jorge Castillo, “El COCO”, no sabemos si por “inteligente” o porque le gusta mucho andar en la playa al lado de las palmeras, borrachas de Sol…

Por esa razón, cuando vemos a un presidente humilde que dona su salario para atender a los pobres, que vive en la misma casita de siempre, que maneja su carrito jodido de muchos años, que va por la calle jugando con los chicos o comiendo en las fondas, como lo hace el presidente de Uruguay, no solamente lo admiramos sino que nos da mucha envidia a los mexicanos. Cómo desearíamos ver a los políticos sin esas camionetas de lujo o las comilonas que se brindan a costillas de los puestos y presupuestos que pagamos todos, que vistieran normalmente y no con esos trajes de miles de pesos, calzones de más de dos mil pesos y calcetines de seiscientos pesos, con calzado de más de veinte mil pesos y camisas y corbatas con los que comerían varios meses las familias más jodidas de este país, como nos gustaría verles portar un sencillo reloj y no esos que valen más de cuatrocientos mil dólares y que tomaran agua de tamarindo y de horchata en vez de esos vinos que cuestan más de treinta mil pesos por botella…. En fin, cómo nos gustaría ver a los políticos, incluso a los de la “oposición” domesticada, vestir y comportarse como cualquier ciudadanos normal y no como los derrochadores que son.

Bueno, me dicen muchos que conocen la historia del presidente uruguayo que estarían dispuestos a aceptar que también, en México, se legalizara el consumo, producción y distribución de la marihuana, total, los pinches gringos ahora ya piensan legalizarla para tener un nuevo nicho de mercado en todo el mundo ya que, ellos, son los que han logrado modificar genéticamente las semillas de la misma para hacerlas más potentes y ya saben que un pueblo marihuano es, normalmente, un pueblo sometido y tranquilo, la mota no genera violencia, la violencia se provoca por los intereses comerciales y las grandes utilidades y dineros que se reparten entre los políticos, banqueros, funcionarios, empresarios y policías.

La mota es la mejor manifestación de que nadie luchará por ninguna causa sino que estarán ,aplatanados, los viciosos que hoy, podrán consumirla en cualquier pinche lado, como lo están los gringos que no protestan ni porque les violen o les utilicen a sus mujeres, mientras ellos están empedándose o chupando mota para pasarla mejor…. Así que, en Oaxaca, donde el consumo es enorme por la producción local, los oaxaqueños, se quedan aplatanados viendo como violan sus derechos y les siguen engañando y explotando….

Total, solo hay que fumarla o inhalarla como los hace, Jorge, “El Coco”, con la protección oficial, y hasta se pueden hacer negocios...