Un Mitzvá *

Con la oración de una madre empieza el recuerdo del Bar Mitzvá de un joven, el 30 de mayo de 2013. Es la bendición para los hijos. Un recuerdo inolvidable en una sinagoga…
’Señor, al recordar las alegrías de la maternidad, me doy cuenta que me impusiste los deberes más santos. Guíame. Dios mío, para que los cumpla según tu divina voluntad. Consagrada a la felicidad de mis hijos, temo que mi amor por ellos me aleje del fin al que debo dirigirlos; si Tu bondad, Dios mío, no ilumina mi ternura, te suplico que me asistas y me otorgues la prudencia, la previsión y el coraje necesarios para que cumpla la misión santa que me has encargado
Renuncio con alegría a los muchos placeres mundanos para velar sin descanso el preciado tesoro que depositaste en mis manos. ¿No son, acaso, mis hijos el más rico don de tu munificiencia? (Generosidad espléndida, especialmente la de un rey, magnate, soberano) ¿Sus caricias no son, acaso, los más dulces goces de mi corazón? Cuan inmensa es tu gracia, Señor, me haces encontrar en el más imperioso de lso deberes la más inefable felicidad.
Y si los sufrimientos y las enfermedades que amenazan su infancia llenan mi alma de temor y angustia, y a menudo alejan el sueño de mis ojos, tengo que pensar también en preservarlos de las malas pasiones, esas enfermedades perniciosas del corazón y del espíritu.
Es por lo que te suplico. Dios mío, que me preserves de toda debilidad en su educación; que no sea ciega, e indulgente con sus defectos, a fin de dirigirlos con firmeza, inculcarles desde tierna edad, la obediencia a Tu ley y la fe en Tu eterna providencia. Haz que cuide con severidad mis propias acciones para que mis palabras y mi ejemplo estén siempre de acuerdo con mis deberes y los suyos.
Señor, concédeme la gracia de inspirarles cualidades estimables y sentimientos generosos y benévolos; aparta de su cabeza los peligros que los amenazan; da salud a su cuerpo, luz a su inteligencia y pureza a sus almas. Sostenlos si vacilan en el camino del bien; condúcelos con bondad si se apartan de él. Guardián de Israel, vela por ellos, aleja las tentaciones y las seducciones a fin de que queden por siempre ligados a Tu santa religión y encuentren gracia en Tus ojos y en los ojos de los hombres, sus hermanos.
Un ruego más, oh, Dios mío, débil y pecadora soy, y temo que mis faltas recaigan sobre mis hijos. Oh, ¡no me castigues en ellos! Y si, a pesar de mis esfuerzos, Te ofendo, que el castigo recaiga sobre mi, como lo anunciaste a través de Tu profeta. Acepta mi ruego, Señor, y acoge mi fervorosa súplica; concede felicidad a mis hijos, y que en mi última hora tenga la certeza de haber criado judíos piadosos, hombres buenos y generosos. Que Tu luz. Dios mío dirija mis espíritu, y que Tu amor haga descender sobre mis hijos Tu bendición, Amén.’
*¿Qué es Bar-Mitzvá?
’Bar (o Bat) Mitzvá’ se traduce como ’hijo (o hija) de los mandamientos’ - es decir, que la persona joven se vuelve responsable de cumplir los mandamientos (mitzvot) de la Torá. El término se refiere a un estatus, al igual que lo es ser estudiante o padre. Un chico judío se convierte automáticamente en Bar Mitzvá cuando cumple 13 años, y una chica a los 12
El Bar Mitzvá no es una confirmación ritual mística que confiere de alguna manera la "judeidad" al niño. Como se indicó más arriba es un término religioso y legal que implica la llegada a la madurez. El niño llega indefectiblemente a esa madurez, sea que se señale o no la ocasión de alguna manera formal. Los honores que se brindarán a un Bar Mitzvá en la sinagoga forman parte del servicio regular y no difieren de aquellos que puedan brindarse a cualquier adulto judío en cualquier otra ocasión. Celebrar el Bar Mitzvá en una sinagoga testimonia por lo menos que el niño tiene alguna instrucción religiosa básica.