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Diciembre 07, 2016 08:50 hrs.

Javier González Lara › diarioalmomento.com

Periodismo ›


Lo único que pide a las autoridades de la Delegación Cuauhtémoc, es que la dejen trabajar, porque al momento es el único sostén de sus seres queridos, por lo que insiste que no le quiten su lugar en la banqueta donde trabaja desde hace más de diez años, fecha cercana al fallecimiento de su esposo quien sufrió una larga agonía.

Ejemplo de vida es una ilustradora de calzado, que día a día se coloca frente a un banco en la calzada México Tacuba casi esquina con Insurgentes.

Su largo andar, es desde su domicilio de donde sale y va empujando lentamente un austero carrito adaptado para llevar todos los enseres con los que limpia el calzado a sus fortuitos clientes, pero ahí no para la situación, en el lomo del mismo transporta a su hijo Guillermo de escasos 19 años de edad, que padece parálisis cerebral, quien por su inquietud, se ha descalabrado varias veces.

Es una mujer que ha pasado muchos problemas en su vida, aun así trata de sonreír, pero los recuerdos afloran en su mente y de repente se le ruedan las lágrimas, diciendo que no lo puede evitar, indicando que hay situaciones que no puede olvidar.

En su trajín diario la señora Silvia Alcántara, entre boleada y boleada, comenta: que tiene dos hijos que padecen de asma, además de que también se hace cargo de su madre que padece el mal de parkinson.

En realidad, Silvia, gana apenas lo necesario para irla mal pasando con su familia, por lo que pide que la dejen laborar en donde ha sido su lugar por más de una década, confía en que se le haga justicia para seguir adelante.

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Una madre luchona

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