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Enero 02, 2014 08:14 hrs.

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Para coincidir con el vigésimo aniversario de la irrupción del EZLN al escenario nacional e internacional, el gobernador Manuel Velasco Coello, Velasquito, decidió hacer lo mismo, con una sutil diferencia: sin proclamas, declaración de guerra ni balazos, sino a ritmo de fiesta, para celebrar su primer aniversario en el gobierno al calor de 10 millones de dólares en propaganda, porque aspira a algo que nunca soñó: la Presidencia de la República.

A los políticos los jode el halago, de todo tipo, desde el honesto y acorde a su tamaño, hasta el desmesurado. Carlos Armando Biebrich, que fue un hombre inteligente, perdió piso cuando la revista Time lo proclamó como futuro líder de América Latina y del mundo. Lo defenestraron entre Luis Echeverría, su lord protector, y Augusto Gómez Villanueva.

Lo que hoy ocurre en el escenario político me recuerda el texto editado en 1977,L’Etat spectacle, escrito por Roger-Gérard Schwartzenberg, todavía vigente, como lo puede constatar el lector con el párrafo que transcribo:

“Entonces, la política se vuelca cada vez más en espectáculo. Y especialmente alone man show. Pero ningún espectáculo existe sin audiencia.

“Puesto que la personalización del poder no es solamente el que lo ejerce. También está conformado por quienes lo padecen y lo sostienen. A la larga, no puede existir sin un público dispuesto a aceptarle todo. Sin su complicidad.

“No queda sino cuestionarse sobre las razones profundas que hacen de ese espectáculo político un éxito para la sociedad. Sólo debemos preguntar: la personalización del poder, ¿por qué y para hacer qué?”

10 millones de dólares invertidos en propaganda política debieran ser suficientes para dejarlo claro: los testaferros de los poderes fácticos, sus representantes legales y administradores, echaron a andar la maquinaria en busca del sucesor de Enrique Peña Nieto. Están conscientes de que las reformas estructurales emprendidas durante el año pasado, y cuyas leyes secundarias se legislarán durante 2014, requieren de una continuidad en el proyecto, porque es de largo aliento, necesita afianzarse durante los próximos 17 años.

Velasquito no va solo, lo llevan, lo encaraman en la ola de la popularidad, lo hacen fácil receptor de los halagos, para modelar su voluntad y fortalecer su personalidad de político metro sexual, incapaz de soportar el menor de los desaires.

Lo cierto es que 20 años de neozapatismo nada pueden ante 10 millones de dólares en propaganda política. A Chiapas no le duele nada, Velasquito lo asegura

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Velasquito

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